Se registraron más de 1.500 casos de acoso escolar y bullying en Colombia
Varias instituciones educativas ya están buscando nuevas formas de abordar la convivencia y frenar el maltrato desde las aulas.

Noticias RCN
06:53 p. m.
Durante mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying, una fecha establecida para visibilizar los graves efectos del acoso escolar sobre la salud emocional y psicológica de niños y adolescentes.
Esta jornada también busca impulsar estrategias efectivas para prevenir y enfrentar este fenómeno que, lejos de disminuir, se mantiene como una amenaza persistente en los entornos educativos.
Se registraron más de 1.500 casos de acoso escolar en Colombia
En Colombia, los casos de violencia escolar siguen en aumento y las cifras más recientes generan alarma.
Según un informe de la Procuraduría General de la Nación, con base en visitas realizadas a más de 300 instituciones educativas a lo largo del país, durante lo corrido del año 2024 se detectaron 1.515 casos de acoso escolar, 610 hechos de violencia sexual y 399 situaciones de ciberacoso dentro de los planteles.
A estos números se suma una señal de alerta silenciosa pero igual de preocupante: dos de cada diez estudiantes afirman sentir ansiedad como consecuencia directa del bullying.
La violencia en las aulas adopta múltiples formas: burlas constantes, exclusiones, amenazas, humillaciones y hasta agresiones físicas. Este tipo de maltrato repetido no solo afecta el rendimiento académico de los menores, sino que tiene efectos emocionales profundos y duraderos que pueden extenderse hasta la adultez.
¿Qué medidas están tomando las instituciones para el acoso escolar?
Frente a esta realidad, algunas instituciones educativas están adoptando nuevas metodologías para revertir la situación y promover ambientes de respeto y paz.
Un ejemplo de ello es el Colegio Hacienda Los Alcaparros, donde se creó el programa Kiwi, una estrategia que busca sembrar desde los primeros años escolares una cultura de convivencia armoniosa y empática.
En este plantel, la apuesta va más allá de los protocolos disciplinarios, pues el enfoque está en formar a los niños y niñas desde la primera infancia en habilidades sociales y emocionales que les permitan establecer vínculos respetuosos, reconocer al otro y construir una comunidad solidaria.
En este sentido, compartieron siete herramientas clave que han implementado para enfrentar el bullying desde la raíz:
- Vincular la paz a experiencias cotidianas: se les enseña a los estudiantes a identificar momentos concretos donde sus acciones han promovido un entorno pacífico.
- Revalorizar el cuidado como acto diario: más que evitar el daño, se trata de estar atentos a los demás, reconocer sus emociones y actuar con empatía.
- Desarrollar conciencia del cuerpo y las emociones: a través de ejercicios de autoconocimiento corporal, los menores identifican sus fortalezas y aprenden a respetar los límites propios y ajenos.
- Crear espacios creativos para reflexionar sobre el conflicto: usar herramientas como historietas o narraciones permite abordar los problemas sin confrontación directa, lo que ayuda a encontrar soluciones desde el diálogo.
- Permitir la vulnerabilidad como herramienta pedagógica: cuando los maestros comparten experiencias personales, los estudiantes se sienten acompañados y se abre un canal de comunicación más humano.
- Reconocer fortalezas individuales que aportan al grupo: cualidades como el humor, la sensibilidad o la imaginación también tienen un valor social y pueden contribuir al bienestar colectivo.
- Educar en la corresponsabilidad y el cuidado mutuo: enseñar que la convivencia no es una tarea individual, sino un compromiso colectivo, es clave para generar comunidades más justas y protectoras.
Pero, los expertos coinciden en que el cambio no puede recaer solo sobre las instituciones educativas, ya que el trabajo articulado con las familias y la comunidad es igual de importante para crear entornos donde todos los estudiantes puedan crecer libres de miedo y discriminación.