Detrás de los 'amanecederos' hay una gran red de corrupción
Además de evidenciar venta de licor adulterado, las autoridades evidenciaron venta de droga y prostitución.
Noticias RCN
01:59 p. m.
Detrás de los 'amanecederos' ilegales en Bogotá hay una gran red de corrupción. Participan funcionarios públicos, abogados, empresarios y policías. Modifican las direcciones para poder reabrir y cambian la razón social.
En los hay 'amanecederos' también se ha evidenciado prostitución, drogas y venta de licor adulterado. La Alcaldía de Bogotá comprobó que ocho funcionarios de la Secretaría de Gobierno recibían dinero por permitirles abrir hasta las seis de la mañana.
La Alcaldía identificó una red de corrupción que permite el funcionamiento de buena parte de los 500 'amanecederos' ilegales. Desde el Distrito, hay funcionarios que piden plata para no sellar los lugares, ocho de estas personas ya fueron sorprendidas.
"Lo que existe es una red muy consolidada en Bogotá donde unas cabezas venden lo que llamamos unas franquicias en una red de abogados, el cambio de personas jurídicas y la venta de franquicias, violan las normas de nomenclaturas en las calles para evadir la norma. Es casi imposible sancionarlos", aseguró Susana Muhamad, secretaria distrital de Ambiente.
Los empresarios pagan, los abogados se encargan de garantizar por medio de figuras jurídicas el funcionamiento como clubes nocturnos y el licor, según comprobaron las autoridades, en la mayoría de los casos es adulterado. Entre más borrachos los clientes más sencillo es venderlo, además de ofrecer droga y prostitución.
"Hacen cambios permanentemente tanto de sitios cuando se cierran y hacen cambio de sus actividades. En este momento nosotros consideramos que con todos los operativos que ha hecho la Alcaldía del cierre del 24 por ciento de ellos, la suspensión de la licencia del 35 por ciento, todavía hay un 17 por ciento de estos clubes que están funcionando", precisó Rubén Dario Ramírez, director del Centro de Estudios de la Alcaldía de Bogotá.
La Alcaldía no ha podido parar a estos sitios. Cada fin de semana cierran entre ocho y diez establecimientos, pero más se demoran en cerrarlos que con artimañas volver a abrirlos.
El pronóstico del Distrito es que si se legaliza la rumba los locales quiebran y no tienen más opción que cerrar.