Entregan nuevo implante coclear a niña que había sido robada en bus de Bogotá

Mariana, una niña de 12 años con dificultades auditivas, fue robada el pasado 19 de febrero cuando en un bus alimentador le sacaron de la maleta su implante coclear. Gracias a la EPS Salud Total y un laboratorio, la menor recibió un nuevo aparato que le permite escuchar.

Leidy Caballero, madre de la menor, afirmó que “mi hija está que no se sale de la dicha, de la emoción de saber que entra a su colegio nuevamente escuchando y las profes también están super contentas porque ya no van a haber más retrasos sobre la niña”. 

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Para conseguir que la EPS le entregara el equipo diseñado únicamente para la dificultad de la menor, Leidy tuvo que llevar a cabo una larga lucha y tras conseguirlo, su hija los usó durante apenas un año, cuando fue robada en el bus del sistema de Transmilenio.

Roban el implante coclear de Mariana

Según narra Leidy Caballero, Mariana y su hermano, ambos con dificultades auditivas, iban en el bus alimentador cuando, sin que se dieran cuenta, les sacaron de su maleta dos implantes cocleares. 

Además, los implantes cocleares se diseñan de manera personalizada para que responda ante las dificultades de cada paciente, por ello no pueden ser utilizados por nadie más. 

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Una de las mayores preocupaciones de la madre de la menor es que, sin ese implante, el proceso de educación de la niña se puede ver gravemente afectado. Antes de que obtuvieran el implante, Mariana estudiaba en una escuela para sordos, donde llegó a un nivel de aprendizaje equivalente al de una niña de seis años, pero luego de colocarse el implante coclear, la menor pudo ingresar a un colegio común. 

Qué es un implante coclear

Según la clínica de Mayo, un implante coclear es “es un dispositivo electrónico que mejora la audición. [...] A diferencia de los audífonos, que amplifican el sonido, un implante de cóclea pasa por alto las partes dañadas del oído para enviar las señales sonoras al nervio de la audición”. 

Además, este dispositivo funciona con tres partes: un procesador de sonidos que se pone detrás de la oreja, un receptor implantado bajo la piel por medio de cirugía que recibe las señales sonoras percibidas por el procesador y unos “electrodos implantados en el oído interno que tiene forma de caracol (cóclea)”.

“Las señales estimulan el nervio auditivo, que luego dirige esas señales al cerebro. El cerebro interpreta esas señales como sonidos, aunque estos sonidos no son iguales a los de la audición natural”, explica la Clínica.