¿Jonathan Torres lo planeó todo? Las reveladoras pistas del asesinato de Adriana Pinzón

Adriana Pinzón era reconocida como una mujer amorosa y de promesas incondicionales. Por eso extrañaron tanto que el día de su desaparición no respondiera las llamadas. Mayely Murillo, su mejor amiga, recuerda que en los días de pandemia la sicóloga le envió un mensaje de cumpleaños cuyas palabras ahora arrastran un peso doloroso:

Las dos ya hemos comprobado que nuestra amistad es más fuerte que la distancia y que cualquier cosa que nos pase

Por eso, Adriana recibió con alegría la petición de su amiga para que la acompañara al altar.

“Estaba muy muy ilusionada con mi matrimonio. Le dije:  yo me caso y tú vas a ser mi madrina y así fue, ella es mi madrina”.

Pero el 25 de junio, justo cuando Mayely se disponía a salir hacia la iglesia, recibió la noticia. El cuerpo de Adriana había sido hallado. 

Ese día los forenses encontraron los restos en una zona despoblada, cerca de una vereda de Zipaquirá. Estaba envuelto en bolsas plásticas negras y tenía signos de violencia.

Para ese momento la familia había perdido la esperanza de encontrarla con vida. Una serie de hallazgos les indicaban que Jonathan Torres, su cuñado, les había dicho mentiras. El hombre parecía esconder un gran secreto.

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Una cadena de mentiras

Un par de semanas atrás, Sandra Pinzón, la hermana mayor de la víctima, había descubierto por una foto que el hombre tenía una relación sentimental alterna.

“Ya sabíamos que había otra persona, teníamos que saber quién era y dónde estaba. De ahí en adelante ya para nosotros no había duda de que él había sido”.

La mujer, que es jueza de la República y entiende a la perfección el sistema de los investigadores judiciales, sabía lo que debían hacer.

“Esperar, seguir recolectando pruebas, seguir investigando (…) empezamos a descubrir cosas. Esa persona también ha sido víctima en todo esto, así como a nosotros nos tuvo engañados con tantas cosas, a ellos también”.

Esa estrategia implicó un sacrificio difícil. Tuvieron que evitar confrontarlo para que no se asustara y huyera. Decidieron no advertirlo.

De esa mentira inicial también se habían enterado en la otra casa de Jonathan, donde tenía otra relación amorosa y se hacía pasar por un hombre soltero. En los expedientes reposa un testimonio entregado por su cuñado.

“A mediados de mayo él nos comentó, es decir a todo el núcleo familiar, a mis papás, hermanos, sobrinos que le iban a entregar un carro ya que el dueño estaba en la cárcel La Picota y que esa persona era esposo de la señora Adriana Pinzón, quien era excuñada de Jonathan Torres”.

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Las pruebas contra Jonathan Torres

Mientras avanzaba la búsqueda de Adriana, su familia de manera paralela se repartió en varios frentes para hallar pruebas. Las primas empezaron a buscar en las cámaras de seguridad del conjunto residencial y después de varias horas Angélica Aranguren halló algo.

“En cámara lenta nos dimos cuenta de que era él. A los tres minutos baja ya con la bolsa. Fue muy difícil ver eso, queda uno sin palabras” 

Lo peor fue callar y disimular frente al hombre que actuaba con total normalidad.