¿Qué hacer frente a los problemas con el servicio de taxi en Bogotá?

Mientras que de un lado se propone que haya más normas y educación, los conductores afirman que deben pagar producidos muy altos a dueños de carros.


Dos taxistas fueron suspendidos por agresiones a pasajeros que transportaban.

Noticias RCN

diciembre 23 de 2014
03:51 p. m.
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Las quejas de los usuarios de taxis en Bogotá alcanzaron nuevos niveles en las últimas semanas con la publicación de videos en los que se evidencia la mala actitud de algunos conductores. En uno de ellos se puede ver cómo le arrebatan el celular a una mujer que viajaba en el vehículo con un bebé de brazos. La pasajera iba grabando al conductor, quien iba chateando.
En otra denuncia, dos jóvenes registraron en video cómo fueron insultados por un taxista luego de que se rehusara a llevarlos a su destino, alegando que él no iba a hacer esa carrera porque no iba para esa zona.
Una tercera denuncia la hizo un joven bogotano quien denunció ante la Fiscalía que fue agredido con un palo, luego de que el conductor del vehículo de servicio público se negara a encender en taxímetro.
Estas acusaciones se suman a las ya reiteradas quejas de usuarios de que constantemente los taxistas preguntan “¿para dónde va?”, aunque hay usuarios que ya se han montado al carro. Y aunque estas denuncias de los usuarios han dejado ya dos taxistas suspendidos, muchos ciudadanos y las autoridades insisten en que deben tomarse medidas de fondo para mejorar el servicio y contribuir a la movilidad.
Para el concejal de Bogotá, Juan Carlos Flórez, el problema es que hay una grave situación cultural que ha empujado a que haya "una guerra entre usuarios y taxistas porque nadie regula y nadie busca abrirles un camino a los conductores para que se conviertan en lo que el exalcalde (Antanas) Mockus llamó 'caballeros de la cebra' y para que los pasajeros conozcan sus derechos y deberes", dice Flórez.
El concejal asegura que tanto el Gobierno como las empresas de taxi se han mantenido alejados de la responsabilidad del control de estos vehículos de servicio público. 
El político insiste en que es necesario que se creen unos "filtros" para evitar que "unas manzanas podridas entren al gremio de los taxistas con las más negras intenciones".
"Uno podría pensar en que el Sena capacite a los taxistas para que ejerzan su labor. En Londres, por ejemplo, hay que estudiar cuatro años para manejar uno de estos carros. Lo que se puede hacer es adecuarlo al caso de Colombia".
Al referirse al caso específico de la denuncia de una mujer que grabó a un taxista chateando, el edil afirmó que es necesario implementar mayores controles para estas nuevas tecnologías, ya que muchos de los vehículos tienen tabletas y estas deben ser usadas solamente para trabajar mientras el carro esté en las calles.
Y es que la problemática parece desbordarse. De acuerdo con la Secretaría de Movilidad de Bogotá, cada mes reciben en promedio dos mil quejas de usuarios, quienes manifiestan que los taxistas no quisieron llevarlos a sus destinos o que los bajaron del carro.
El dueño de la empresa Taxis Libres, Uldarico Peña, admite que cada mes se emiten sanciones a 25.000 conductores en todo el país por haberse negado a prestar el servicio, especialmente en medio de la presencia de la aplicación Uber, que está en ciudades como Cali y Bogotá, a través de la cual cualquier conductor particular puede transportar a un usuario sin estar vinculado a una compañía.
Por su parte, Hugo Ospina, presidente de la Asociación de Propietarios de conductores de taxi en Bogotá, explica que muchas veces el problema es que los usuarios no entienden que si un conductor rechaza una carrera, es porque ellos manejan carros arrendados y tienen que responder por el denominado "producido".
"Nosotros necesitamos ser reditables con nuestra actividad laboral y por eso preguntamos para dónde va la gente. A nosotros nos entregan un taxi en arriendo y hay que responder por el producido, por la lavada, por la gasolina. Y Bogotá es una ciudad muy complicada para andar, no hay vías".
El hombre insiste en que hay otros gastos que implican que haya estrés en los que conforman el gremio. "Nosotros nos quedamos sin carreras apenas la gente entra a trabajar o a estudiar y a la hora pico no hay por dónde andar. Además tenemos que pagar por nuestra alimentación diaria y eso sale de nuestro salario, que no es fijo, sino que lo hacemos luego de terminar el producido que solo se puede lograr luego de turnos de hasta 12 horas". 
Ospina insiste en que en la capital del país hay problemas como la cantidad de vehículos, la cantidad de huecos en las calles y, recientemente, el levantamiento del pico y placa para taxis, lo que implica que haya 10.500 nuevos carros en la ciudad y eso implica que el conductor decida "en qué trancón le va mejor".
El taxista también pidió que haya más control para los dueños de los taxis que exigen hasta $500.000 diarios de producido a sus conductores, para que entiendan que hay días en los que eso no se logra y que las tarifas de las carreras "son de miseria".
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