¿Qué pasó con el Centro de Desarrollo Infantil en Soledad? Se esfumaron $3.900 millones
El centro de Desarrollo Infantil de Buena Esperanza fue entregado en 2015, pero jamás abrió sus puertas.
Noticias RCN
10:06 a. m.
En el municipio de Soledad, en el Atlántico, un centro diseñado para atender a más de 240 niños de escasos recursos se encuentra totalmente en ruinas.
Se trata del Centro de Desarrollo Infantil (CDI) del barrio Buena Esperanza, una obra que fue finalizada hace diez años y que nunca funcionó.
Con una inversión que superó los $3.900 millones, esta infraestructura debía convertirse en un espacio de atención integral para la primera infancia. Sin embargo, desde el mismo momento de su entrega, fue condenada al abandono.
¿Qué pasó con el Centro de Desarrollo Infantil en Soledad?
El caso ha sido calificado por la Contraloría General de la República como un claro ejemplo de elefante blanco, y forma parte de una lista de 25 proyectos inconclusos o abandonados en la región Caribe que están siendo investigados por mal manejo de recursos públicos.
La comunidad del barrio Buena Esperanza, una de las zonas más vulnerables de Soledad, ha sido testigo de cómo las promesas fueron incumplidas.
Durante años, los habitantes han pedido que se reactive el centro, pero no han recibido respuesta clara. El sitio, que debía convertirse en un eje de atención social, se transformó en un lugar fantasma, peligroso, y completamente inservible.
¿Se invertirá más dinero para su puesta en funcionamiento?
Ante la presión ciudadana y el seguimiento del ente de control, el vicecontralor general, Carlos Zuluaga, reveló recientemente que el proyecto necesitaría una nueva inversión superior a los $1.000 millones de pesos para rehabilitarse.
Como este CDI, que se encuentra con una inversión de más de 3.900 millones de pesos en estado de abandono y deterioro, la Contraloría General, a través del equipo de participación ciudadana, ha desarrollado una serie de mesas de trabajo con la alcaldía municipal y hemos logrado que la actual administración, la alcaldesa, tenga un compromiso de hacer una nueva inversión en este sitio.
El objetivo, según las autoridades, es que el lugar finalmente entre en funcionamiento en octubre de este año.
Esta fecha, aunque esperanzadora, no borra los diez años de desidia estatal ni responde a las preguntas sobre quién debe asumir la responsabilidad por el desperdicio de los recursos y el incumplimiento a cientos de niños que necesitaban ese apoyo desde hace años.
Mientras tanto, los niños que en 2015 estaban en edad de beneficiarse del CDI hoy ya tienen más de 10 años, y crecieron sin haber pisado un aula del centro que les prometieron.

