En fotos: Luis Díaz no pudo contener las lágrimas en misa de Diogo Jota en Portugal

El delantero colombiano Luis Díaz fue visto nuevamente en Portugal este miércoles 9 de julio, en medio de una jornada marcada por el dolor y la memoria. Después de varios días de críticas por no haber asistido al funeral de su amigo y compañero Diogo Jota, el jugador guajiro reapareció en la Iglesia Parroquial de Gondomar, donde se realizó una emotiva misa en honor al futbolista portugués y a su hermano André, quienes fallecieron hace una semana en un trágico accidente automovilístico.

El atacante del Liverpool llegó acompañado del arquero brasileño Alisson Becker, otro de los pilares del conjunto inglés y gran amigo de la familia Jota. La ceremonia, celebrada en el séptimo día del fallecimiento, reunió a decenas de familiares, amigos, compañeros de equipo y figuras del entorno futbolístico que quisieron rendir tributo a dos vidas que se apagaron inesperadamente. Díaz, visiblemente afectado, no pudo contener las lágrimas durante el acto religioso, reflejando la magnitud de su tristeza por la pérdida.

Una presencia que acalló críticas

La ausencia inicial de Luis Díaz en el sepelio había causado cierto revuelo en redes sociales y medios lusos, que esperaban su presencia inmediata en señal de cercanía. Sin embargo, su aparición en la misa conmemorativa cambió por completo la percepción de muchos. Fotografías captadas por medios locales mostraron al guajiro con el rostro compungido, abrazado por varios asistentes y sumido en una profunda reflexión.

El vínculo entre Díaz y Diogo Jota trascendía lo meramente deportivo. Compartieron vestuario en Liverpool y forjaron una amistad que creció con el paso de las temporadas. Aunque el dolor persiste, la presencia del colombiano en esta ceremonia fue interpretada por muchos como un acto de respeto y amor genuino hacia quien fue más que un compañero de equipo.

Gondomar se tiñó de luto por sus hijos

Durante la misa, la comunidad de Gondomar mostró su pesar en medio de un silencio solemne. Tanto Diogo como André eran figuras queridas en la región y su partida ha dejado un vacío inmenso. Luis Díaz, fiel a su estilo discreto y respetuoso, no ofreció declaraciones, pero su presencia y gestos hablaron por él. En medio del luto, el fútbol volvió a demostrar que, más allá de goles y trofeos, es también un tejido de emociones humanas profundas y vínculos verdaderos.