Estas son las actividades y negocios que pondrían a pagar impuestos a las iglesias

La aprobación en primer debate de la reforma tributariadejó como resultado la aprobación de un polémico impuesto, bien recibido por unos y criticado por otros, pues gravaría a las iglesias con un 20% en actividades fuera del rito, la beneficencia y la educación.

Esta propuesta, presentada por la congresista Katherine Miranda y aprobada por las plenarias conjuntas de Cámara y Senado, despertó algunas dudas sobre los ingresos reales de los diferentes centros de culto que hay en el país.

Pues bien, según datos de la Dian, entre 2019 y 2020 las iglesias y centros de culto reportaron ingresos brutos de $4,7 billones y $4,1 billones, en gran parte provenientes de negocios vinculados como cafeterías, librerías, estaciones de radio, canales de televisión y hasta centros vacacionales, todos ellos completamente desligados a las actividades religiosas.

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En consecuencia, las estimaciones de la Dian revelan un patrimonio bruto que estaría entre los $12 billones y $13,5 billones.

De estas cifras, el patrimonio líquido de las iglesias habría quedado en cerca de $11 billones y $$12,3 billones. Sin embargo, la entidad señaló que, aunque fueron declarados los ingresos, no existió ningún pago a los impuestos de renta, tema que podría cambiar con la nueva reforma tributaria.

En contexto

El pasado 5 de octubre fue aprobado en primer debate en el Congreso de la República la reforma tributaria presentada por el presidente Petro y su ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, con la que se podrían recaudar $22 billones en el primer año.

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En esta plenaria fue aprobado también un artículo propuesto por la representante a la Cámara y presidenta de la Comisión Tercera, Katherine Miranda, con el que se busca gravar con un 20% de impuestos de renta a las iglesias y centros de culto del país.

Cabe aclarar que este impuesto solo aplicaría a las actividades económicas que no estén relacionadas con causas religiosas, benéficas o educativas pues, aunque las iglesias están actualmente obligadas a declarar sus ingresos y patrimonio, cuentan con exenciones que las liberan del pago.

De aprobarse definitivamente el parágrafo propuesto por Miranda, las iglesias deberían entrar a tributar en condiciones de persona natural o jurídica, aun cuando sigan siendo beneficiarias de donaciones.

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