Tensión entre China y Taiwán: todo lo que necesita saber sobre la alerta de conflicto en Asia

El mundo está atento a las tensiones entre China y Taiwán, por la avanzada militar de Pekín en un simulacro de tres días, en el que pretendía presionar al gobierno de la isla luego de la reciente reunión celebrada entre su presidenta y altos funcionarios estadounidenses.

En una operación llamada Espada Conjunta, Pekín instauró un despliegue alrededor de Taiwán a manera de advertencia, debido a los acercamientos de los separatistas y “fuerzas exteriores” sobre esta isla, cuya soberanía reclama el poder chino.

Entre el 8 y 10 de abril, el ejército chino llevó a cabo patrullajes de preparación, probando la capacidad de combate en varios sectores en caso de una eventual guerra por el control de la nación insular que fue gobernada por China hasta 1949.

En los últimos días, tras la reunión de la presidenta Tsai Ing-wen y el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy, Pekín anunció represalias y utilizó aviones de combate J-18 y J-10C, aeronaves antisubmarinas, sistemas lanzacohetes PHL-191 y misiles terrestres antinavíos YJ-12B para rodear la isla, demostrando así su poderío armamentista.

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Por su parte, reportes del Ministerio de Defensa de Taiwán detectaron, durante apenas un día de pruebas, más de 11 buques de guerra y 70 aviones chinos sobrevolando la isla.

NoticiasRCN.com consultó con el profesor de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario, Enrique Prieto-Ríos, para entender las repercusiones que podría tener una eventual ocupación de China sobre Taiwán, así como las medidas diplomáticas y económicas que implementaría la comunidad internacional en este contexto.

¿De dónde viene la tensión entre China y Taiwán?

Aunque Taiwán mantiene relaciones comerciales y diplomáticas no oficiales con la Unión Europea y cerca de 47 países alrededor del mundo, China considera a la isla como una de sus provincias, aun cuando no ha sido posible una reunificación total desde el fin de la guerra civil de 1949.

Por tanto, según explicó Prieto-Ríos, Pekín se opone a cualquier contacto entre Taipéi y gobiernos extranjeros, como una forma de recalcar el mensaje de poderío sobre Taiwán y de mantener su política de una sola China.

Vemos nuevamente lo que ocurrió en 2022, cuando Nancy Pelosi viajó a Taiwán, y es que China responde a la cercanía entre el gobierno de Taipéi y fuerzas extranjeras

Además, el internacionalista explicó que si bien hay un contexto histórico importante en el tema de relaciones entre China y Taiwán, también se debe tener en cuenta el ambiente político álgido que se vive actualmente, debido a la capacidad de Pekín de atacar Taipéi en cualquier momento que considere vulnerados sus intereses sobre la isla.

Dichos ataques, podrían ir desde la fuerza militar, hasta un bloqueo económico similar a que se aplicó durante el último día de la operación Espada Conjunta, cuando China demostró su poder para mantener en jaque a la isla, que hoy le reclama por “utiliza deliberadamente los ejercicios militares para socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.

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Una estrategia geopolítica

Para Prieto-Ríos es indispensable entender el panorama geopolítico de esta zona de Asia, considerando que China está rodeada por grandes potencias aliadas de los Estados Unidos, por lo que Taiwán “se convierte en una plataforma para mantener el control” y enviar un mensaje claro de poder.

A esto se suma que son muy pocos países los que reconocen a Taiwán como un Estado independiente, entre ellos Estados Unidos y otras de las grandes potencias mundiales, lo que se traduciría en un deseo de no intervenir en los asuntos con China y deteriorar la relación con una de las economías más importantes.

Un dato importante es que, a pesar de los acercamientos con Estados Unidos, ellos no reconocen a Taiwán como país, su relación está centrada en no meterse con China

El abogado comparó el contexto actual con el presentado durante la Guerra Fría, por lo que aseguró que la solución más cercana estaría en que la comunidad internacional y las Naciones Unidas envíen un mensaje de paz, con el fin de evitar un escalamiento de las tensiones entre Taipéi y Pekín.

No obstante, recalcó que si se incluye en el análisis la difícil situación que se vive hace más de un año entre Rusia y Ucrania, China parece ser el país que más cerca está de lograr un acuerdo entre estas dos naciones, por lo que podrían no ser claras las sanciones internacionales si se llegara a presentar una eventualidad de conflicto con Taiwán.

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¿Cómo se calificaría un ataque chino contra Taiwán?

Enrique Prieto-Ríos explicó que un eventual ataque chino contra Taiwán podría calificarse de dos formas dependiendo desde el punto que se analice. Pues si bien occidente lo consideraría como una ocupación, para China sería distinto, “pues consideran que la isla es suya”.

Efectivamente, el escalamiento se daría en el momento que China empiece un bloqueo como el que hizo en el último día de pruebas, de tipo comercial. También podría ser un malentendido que genere un enfrentamiento entre Estados Unidos y China

Adicionalmente, manifestó que, aunque en el marco del derecho internacional el uso de la fuerza de un país contra otro está prohibido, el problema radica en que Taiwán no es reconocido como un país soberano, aun cuando cumple con los requisitos para serlo.

Por tanto, Prieto-Ríos expresó que “el órgano responsable internacionalmente de mantener la paz sería la ONU”. Sin embargo, el experto recalcó que China hace parte de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, por lo que sería muy difícil que se aprobaran desde allí sanciones económicas o de tipo militar si se llegara a escalar el conflicto.

Si hay una amenaza a la seguridad, se podrían imponer sanciones económicas, incluso militares. El problema acá es que China hace parte de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, por lo que lo más probable sería que usaran su poder de veto para que la resolución no alcance la votación necesaria

Este panorama se sumaría a la estrecha relación comercial de China y Estados Unidos, lo que dificulta que se tomen acciones contundentes sin afectar indirectamente la economía norteamericana.