David Frost, el periodista frívolo que hizo confesar a Richard Nixon
Frost pasó a la historia por haber logrado que el expresidente admitiera su responsabilidad en el escándalo de Watergate.
Noticias RCN
01:41 p. m.
David Frost, el hombre tildado de ligero, el conductor de 'talk show', el rubio, de peinado impecable que sonreía y encantaba a distancia, vía satélite, logró lo impensado, lo improbable, lo que ya era una resignación irreversible.
El periodista de la televisión light británica, hizo que Richard Nixon, el otrora presidente de los Estados Unidos, uno de los hombres más poderosos del planeta en la década de los 70, admitiera su responsabilidad en el escándalo de Watergate.
Y no solo eso. Frost, el frívolo, el playboy hizo que Tricky Dickie (Engañoso Dickie) como apodaban al expresidente, ofreciera una disculpa nacional a un país que se sentía herido, traicionado por su dimisión, por los engaños de los que participó cuando estuvo al frente del país.
Nixon, acorralado igual que un venado con una pata quebrada, afirmó ante un felino Frost que cuando un Presidente infringe la ley, eso deja de ser un delito y que hay decisiones que deben tomarse por el bien de un país.
Eso, para justificar su papel en un robo que se presentó en el edificio Watergate, que entonces era la sede del Partido Demócrata, rival político de los Republicanos, grupo al que estuvo afiliado Nixon durante su carrera.
Ese escándalo, revelado tres años antes por la unidad investigativa del periódico Washington Post, provocó la dimisión de Nixon como Primer Mandatario y su exilio de los medios y de la vida pública.
Un exilio del que salió, en parte acosado por las deudas, en parte para promocionar su recién publicada autobiografía.
Y salió para entrevistarse con el simpático David Frost, un periodista británico poco reconocido por sus trabajos de profundidad investigativa y más reconocido por sus programas de televisión más pensados para entretener, para divertir multitudes.
El biógrafo de Richard Nixon dijo que el Presidente aceptó entrevistarse con Frost porque pensó que se trataría de alguien superficial, que no trataría el tema de Watergate.
Frost y Nixon se entrevistaron a cambio de dinero. El periodista pagó al expresidente por su tiempo, no por sus respuestas. Y luego de doce encuentros, de verse las caras por 28 y 45 minutos, de hablar de todo o de casi todo, el tema de Watergate estuvo sobre la mesa. Y Nixon, cansado, vencido ante un oponente hábil, experto, seductor pero incisivo, encantador pero con hambre, admitió, casi que admitió, que estaba al tanto del caso Waterwate y que autorizó un encubrimiento para distraer su participación y la de sus asesores.
Desde ese 1977, David Frost, que murió este domingo abordo de un crucero en donde debía dar un discurso sobre periodismo, entrevistó a casi todos los personajes relevantes del globo.
Por sus micrófonos pasaron los ex primeros ministros británicos Margaret Thatcher y Tony Blair; el líder palestino Yaser Arafat, el sudafricano Nelson Mandela o el estadounidense Bill Clinton. También George W. Bush pasó por la silla de entrevistado en los programas televisos de Frost en la BBC, entre ellos 'Breakfast with Frost', 'That Was The Week That Was' y 'Frost on Sunday'. Y allí sentó además a Vladimir Putin, Isaac Rabin, Mijail Gorbachov, Hussein de Jordania, Indira Gandhi, Benazir Bhutto.
Pero también tuvo en frente a Tennessee Williams, a los Beatles, Elton John, Orson Welles, Pavarotti, Muhammad Ali y Salman Rushdie.
El periodista británico, fallecido a los 77 años de un infarto, también trabajó para Al Jazeera y para el canal inglés ITV.
El rubio, el lobo con dientes de lobo pero con cara de carnero cambió el periodismo en 1977 con una sonrisa y con una terquedad propia de un hombre que se sabe nacido para triunfar.
David Frost logró en ese año que una entrevista (la de Nixon) tuviera una audiencia de 45 millones de personas. Imagine a toda Colombia viendo un solo programa en la televisión al mismo tiempo.
Un logro impensado para el playboy, el hijo de un pastor metodista, nacido en la pequeñísima ciudad inglesa de Kent. A quien ningún canal de Estados Unidos quiso transmitirle la entrevista a Nixon por considerar que era frívola, que estaba fuera de coyuntura y que la condicionaba el pago de 600.000 dólares al expresidente para que hablara.
Un triunfo que no tuvo nada de casual, al contrario: Frost debutó ante cámaras en 1962 junto a quienes años más tarde se convertirían en Monty Phyton, un grupo de comediantes que se basaron en el humor absurdo, que sigue vigente hasta hoy, gracias a su enfoque inteligente, irónico y fresco.
Era un hombre inteligente, preparado, audaz. No un niño bonito más de la televisión.
Desde entonces Frost tuvo un espacio fijo en la televisión británica, muy acartonada para el público de los años 60, que buscaba un aire cuando sintonizaba los canales de la BBC.
El periodista, que partió con título de Sir, de caballero de la Reina, no dejó las cámaras desde el 62. Y hasta su infarto estaba trabajando. Iba a dar un discurso ante los ocupantes del crucero en el que viajaba. Un periodista, no un playboy.
Adolfo Ochoa/NoticiasRCN.com