Diana, la princesa que desafió a la corona y que cambió la realeza británica para siempre

En la madrugada del 31 de agosto de 1997 la princesa de Gales murió tras un accidente en el parisino túnel del Alma, junto a ella también falleció su pareja, Dodi Al-Fayedcon quien huía de los paparazzi en un lujoso vehículo que terminó estrellándose contra una columna de hormigón, ese domingo se rompió el corazón de millones de personas y resquebrajó a la monarquía británica.

Los cambios se sintieron en el Palacio de Buckingham apenas horas después de la tragedia, la familia real decidió llevar el luto de manera reservada, un gesto que no fue bien recibido por el pueblo inglés que empezó a dudar de la honorabilidad de los representantes de la realeza, fue entonces que el silencio de la reina Isabel II terminó con un inédito discurso en vivo donde recordó a la princesa Diana.

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"Yo la admiraba y respetaba por su energía y compromiso con los demás, y especialmente por su devoción a sus dos hijos. Nadie que conociera a Diana la olvidará jamás", fueron las palabras de la monarca frente a una multitud congregada para homenajear a Diana.

La bandera ondeó a media asta en la residencia oficial de la reina en Londres y el estandarte real estuvo sobre el ataúd de Diana, pero fue la reverencia de la reina ante el féretro de la princesa de Gales, la que reconcilió a la monarquía con su pueblo.

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En los años posteriores la familia real intento encontrar el equilibrio perfecto entre mostrarse vulnerables y ser cercanos, con el tiempo adoptaron las formas con las que Diana Frances Spencer conquistó a los británicos. Uno de los ejemplos más claros está en los príncipes William y Harry, ambos buscaron como contribuir a la sociedad, uno como piloto de helicóptero ambulancia y otro se unió dos veces a las tropas británicas en Afganistán. 

La misma monarquía se ha reforzado en el ámbito benéfico apoyando a miles de instituciones.

Los vientos de irreverencia de Diana llegaron hasta las que hoy serían sus nueras, en su momento Lady Di se negó a “obedecer” a su esposo, cuando leyó sus votos frente al altar de la catedral de San Pablo de Londres, no juró obedecer al príncipe Carlos, algo que la misma reina Isabel II hizo el día de su boda; desde entonces Kate Middleton y Meghan Markle, han seguido esta tradición, ambas prometieron “amar y respetar” pero se abstuvieron de “obedecer” a sus esposos.

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Y aunque no está presente para ver crecer a sus nietos, la 'reina de corazones' sí fomentó en sus hijos la costumbre de viajar en familia. Antes de la llegada de Diana a la realeza se acostumbraba que los miembros de la familia real no viajaran juntos, en caso de que llegaran a sufrir algún accidente no se diera una posible disrupción en la línea de sucesión del trono británico, sin embargo la princesa insistió en que sus hijos viajar con sus padres, algo que hoy día replican Guillermo y Kate con el pequeño príncipe Jorge.