Personas con afecciones de salud tendrían más difícil conseguir la visa de turismo y residencia en los EE. UU. Obesidad y diabetes en la lista
Las nuevas directrices del Departamento de Estado planean evitar que futuros migrantes se conviertan en una “carga pública”.
Noticias RCN
09:25 a. m.
La obesidad, diabetes, cáncer y otras enfermedades con tratamientos de alto costo podrían ser un nuevo filtro para los funcionarios encargados de aprobar las visas de turismo y residencia en los Estados Unidos.
La directriz habría sido compartida en un cable que el Departamento de Estado envió a los consulados y embajadas de los Estados Unidos en todo el mundo, el pasado jueves, 6 de noviembre, para reducir el número de inmigrantes que podrían convertirse en una “carga pública”.
De acuerdo con la organización Kaiser Family Foundation (KFF), que habría conocido de primera mano el cable, "si bien la evaluación de la salud de los posibles inmigrantes ha sido parte del proceso de solicitud de visa durante años, incluyendo la detección de enfermedades contagiosas como la tuberculosis y el historial de vacunación, expertos señalan que las nuevas directrices amplían considerablemente la lista de afecciones médicas a revisar y dan a los funcionarios de visas mayor poder para decidir sobre el otorgamiento o no".
Solicitantes de las visas de residencia tendrían que aprobar controles más estrictos:
Charles Wheeler, abogado principal de la Red Católica de Inmigración Legal (CLINIC) dijo a la prensa que, si bien aumentarán los filtros para solicitantes de visa, como parte de los esfuerzos de la actual administración para desincentivar la migración, se aplicarán con mayor rigurosidad a quienes busquen obtener la residencia.
El cable, de acuerdo con la KFF, “insta a los funcionarios de visas a considerar afecciones, como la obesidad, que, según indica, puede causar asma, apnea del sueño e hipertensión, al evaluar si un inmigrante podría convertirse en una carga".
Sin embargo, quedan en el aire preguntas sobre qué otros aspectos del solicitante podrían ayudarlo a evitar las nuevas directrices: “¿Cuenta el solicitante con los recursos suficientes para cubrir los costos de dicha atención durante toda su esperanza de vida sin recurrir a asistencia pública en efectivo ni a una institucionalización prolongada a cargo del gobierno?”. Solo el tiempo lo dirá.

