Este lunes se cumplen 30 años sin Diana Turbay, un ejemplo del periodismo en Colombia

Este lunes se cumplen 30 años de la muerte de la periodista Diana Turbay, una mujer valiente y llena de entusiasmo por su oficio, quien se fue engañada a buscar una entrevista y nunca volvió porque fue asesinada a manos de Pablo Escobar.

Diana Turbay es en sí misma un doloroso episodio para el periodismo en Colombia, para la libertad de prensa y para una sociedad que por décadas ha sido castigada por el narcotráfico, el mismo que para ese entonces, los años 90, atacaba con tal nivel de crueldad a las raíces de la patria que de sus balas no se salvaron ni ministros, estudiantes, amas de casa ni periodistas.

“Mi mamá siempre me hablaba de la misión de los periodistas, que éramos guardianes de la verdad”, dijo María Carolina su hija,

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Había nacido 40 años antes, era hija del presidente Julio César Turbay y de doña Nidya Quintero; tuvo dos hijos, Miguel y María Carolina.

“Mi mamá fue una mujer que tiene un concepto de familia, de manada muy marcado y así nos educó”, María Carolina.

En la Presidencia fue secretaria privada de su padre, sin embargo, su gran pasión siempre estuvo en los medios de comunicación y fue allí donde los colombianos la vieron brillar.

“Yo la conocí a ella en el año 1988, ella iba al noticiero una vez por semana, iba al consejo de redacción, era una periodista muy consagrada”, expresa William Alfonso, camarógrafo y compañero de Diana.

Quienes trabajaron con ella en el noticiero Criptón o en la revista Hoy Por Hoy, afirman que era, como decimos en los medios, una periodista ‘tropera’.

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“Audaz, intrépida e inteligente, muy leal”, Darío Arizmendi, periodista.

Sentía que tenía un deber con el país, mediar en busca de un acuerdo de paz con las guerrillas.

“Ella siempre quiso buscar una entrevista con la gente que forma el comando del ELN y eso el narcotráfico lo aprovechó para engañarla y llevarla”, asegura William.

Y fue en agosto de 1990 cuando todo parecía indicar que lograría ese acercamiento; una llamada al noticiero Criptón y una promesa de entrevistar al Cura Pérez, motivos suficientes para que Diana se embarcara en aquella travesía.

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“Yo iba para el colegio nos dimos un beso y un abrazo no distinto al que siempre nos dábamos porque teníamos la certeza volvernos a ver”, afirma Diana Carolina.

“Salimos como a eso de las 2:00 p.m., nos transportaron en un micro en el cual iban dos mujeres y un hombre. Salimos con rumbo al occidente del país”, apuntó Orlando Acevedo, camarógrafo y compañero de cautiverio.

“En algún medio de comunicación salió en interceptación de una llamada de Pablo Escobar a sus hombres diciendo “tenemos la hija del señor importante””, asegura María Carolina.

“Entran dos tipos armados con capuchas y nos dicen “dejen de molestar porque ustedes no están con la guerrilla, no es tema del ELN, ustedes están con los extraditables””, recuerda Orlando.

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Y ahí comenzó el conteo regresivo, serían cinco meses de secuestro en poder de quien para ese entonces parecía haber arrodillado al país: Pablo Escobar. 

Así lo registró la propia Diana en su diario: “sé que hay que hacer un esfuerzo por levantar el ánimo, pero, aunque lo quiera así, me cuesta trabajo, siento ganas de llorar a todas horas”

Los meses pasaron y poco a poco fueron liberados sus compañeros de cautiverio, ella fue la última.

“Ella siempre se preocupó porque su gente saliera primero el cautiverio y no ella”, dice William.

25 de enero 1991

Para el Gobierno del momento la espera estaba por terminar, la ubicación de Diana y Richard Becerra estaba confirmada, pero el operativo salió mal.

“Yo recuerdo que escuché en un radio que había un rescate y que Richard Becerra, el camarógrafo, había sido rescatado y que Diana estaba herida”, Francisco Santos, embajador de Colombia en Estados Unidos.

Y la noticia se confirmó, un disparo en el abdomen apagó la vida de Diana Turbay.

“Su muerte fue un mazazo para la prensa en Colombia”, expresa Arizmendi.

Las imágenes de su velorio conmovieron a todo un país, la escena permanece grabada en la historia de Colombia, una nación que 30 años después respeta, admira y conserva el recuerdo de Diana Turbay.