Amar no debería costarte tu identidad
Cuando el miedo a estar solo pesa más que el dolor de quedarnos, es cuando debemos darnos cuenta que estamos en una relación dependiente. Muchas veces preferimos relaciones que nos apagan para no tener que asumir el dolor de enfrentarnos a nosotros mismos y sentirnos “vacíos”.
11:16 a. m.
¿Alguna vez te has perdido a ti mismo por estar en una relación? ¿Cuándo fue la última vez que tomaste una decisión sin miedo a perder a tu pareja? ¿Has moldeado completamente tus gustos, tus opiniones, tus sueños, tus objetivos y tu vida en función de tu pareja? ¿Te ves al espejo y ya no te reconoces a ti mismo? ¿Sientes que te has abandonado y has dejado de ser tú mismo? ¿Te has alejado de tus amigos y familia para mantener esa relación? Si sentiste un nudo o un corrientazo al leer estas preguntas tal vez no estás o no estabas amando, estabas en una relación emocionalmente dependiente y eso… no es amor, es necesidad.
Hay un poema que me confrontó profundamente, lo leí y sentí que describe perfectamente lo que pasa cuando estamos en una relación dependiente, cuando el amor se convierte en necesidad. Está en el libro ¿Amor o adicción? de Silvia Congost y dice así:
“Yo soy yo. Tú eres tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas. Tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres tú. Yo soy yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso. Si no, no puede remediarse. Falto de amor a mí mismo, cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a ti, cuando intento que seas como yo quiero en vez de aceptarte como realmente eres. Tú eres tú y yo soy yo”.
¡Qué tremendo poema! Vamos a desglosarlo y analizarlo un poco. Cuando dice “yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y tú no estás tampoco para cumplir con las mías”, nos quiere decir que no tenemos por qué complacer a nadie. Tampoco tenemos que intentar cambiar a nuestra pareja, ni esforzarnos para moldearnos a lo que pensamos que quiere y espera nuestra pareja de nosotros. Nuestra única misión es ser nosotros mismos y amar a nuestra pareja por cómo es y no por lo que esperamos que sea.
Cuántas veces nos traicionamos a nosotros mismos por no incomodar, por miedo a perder y miedo a quedarnos solos.
Por eso dice: “falto de amor a mí mismo cuando en el intento de complacerte me traiciono” y “falto de amor a ti cuando intento que seas como yo quiero en lugar de aceptarte como realmente eres”. No podemos perdernos a nosotros mismos por cumplir con las expectativas que hayan puesto sobre nosotros, o peor aún, perdernos por creer que, cambiando quienes somos y lo que queremos, le vamos a gustar más a nuestra pareja. Gran error. Otro gran error es querer que nuestra pareja sea como nosotros desearíamos que fuera, porque le quitamos su esencia, la apagamos y eso al final pasa una factura muy cara de pagar. El amor es libertad y no tenemos por qué intentar cambiar a absolutamente nadie.
Ahora, sí podemos hablar cosas y llegar a acuerdos, pero no sobre nuestra esencia, no sobre lo que queremos lograr a futuro, no sobre nuestros sueños. Una cosa es decirle a tu pareja “me gustaría que fueras más detallista” o algo que no comprometa la esencia de una persona. Pero decir: “Oye, es que no me gusta que hables de esta manera cuando estamos con mis amigos”, o “deberías reírte más pasito”, “deberías arreglarte de esta manera”, “deberías dejar de hacer chistes”, “no deberías ir a hacer ese posgrado en el exterior porque yo no tendría una relación a distancia”… Es decir, meternos con los sueños, la esencia o la forma de ser de una persona no está bien. Eso se llama control. A ti te gusta una persona por quien es, no por quien quieres que sea, porque de lo contrario no la estás amando, estás amando tu expectativa de esa persona.
Es por eso que debemos tomarnos en serio la tarea de conocer bien a la persona con la que comenzamos a salir, verla como realmente es y no como esperamos que sea o lo que imaginamos que esa persona es. Porque, en la etapa de enamoramiento, generalmente vemos al otro a través de los ojos de la expectativa. ¿Qué pasa generalmente? Que resaltamos mucho lo que nos gusta de esa persona, pero ignoramos las banderas rojas, ignoramos lo que no nos gusta y es por eso que cuando pasa esa etapa de enamoramiento y comenzamos a quitarnos la venda de los ojos, vienen los problemas, nos sentimos mal, nos sentimos frustrados.
Silvia Congost, en el libro que te mencioné al inicio, nos habla de los cinco pilares de una relación sana y hoy quiero compartirlos contigo para que los tengas en cuenta. Los pilares son: admiración, respeto, confianza, aceptación y comunicación.
La pregunta clave para saber si estamos en una relación dependiente es: ¿te gusta cómo es tu pareja? Piénsalo y medítalo bien. Porque si respondes en este momento, seguramente dirás que sí, buscarás todos los argumentos para decir todas sus cualidades y las razones por las que estás con esa persona y no la quieres dejar ir. Pero piensa conscientemente en las cosas que NO te gustan. Pregúntate si realmente aceptas a tu pareja o te quejas constantemente por su comportamiento, por cosas que hace que no te gustan, ¿te molesta? ¿Aceptas supuestamente cómo es tu pareja solo para no tener discusiones o no generar situaciones incómodas?
Pregúntate bien cómo te sientes en tu interior generalmente. Pregúntate si son más las veces en las que te sientes mal, en las que lloras, en las que te preguntas si tienes que cambiar algo de ti para que esa persona te elija y quiera estar contigo. El primer paso es reconocer que estamos en una relación dependiente y no castigarte; creo que la mayoría hemos pasado por eso alguna vez en nuestra vida.
Recuerda que a quien realmente le importas no intentará cambiarte, no intentará apagar tu luz y brillo, no intentará hacerte dudar de ti mismo, no te hará sufrir constantemente, no hará que cambies tus objetivos ni quien eres.
Tal vez esta columna no sea cómoda de leer, pero es necesaria. Amar no debería implicar que desaparezcas, te minimices o te traiciones. Ninguna relación que te haga dudar de tu valor, que te produzca miedo de decir lo que sientes o piensas, ni renunciar a ser quien eres puede llamarse amor.
Es hora que comencemos a mirarnos con más compasión y sinceridad. En mi ebook ¿Por qué nadie me ama como quiero? Profundizo en este camino, te comparto herramientas prácticas para fortalecer la autoestima, el autoconcepto y aprender a vincularnos desde la libertad y no desde la dependencia.
Volver a ti también es una forma de amor.