La ciberseguridad en la reactivación ferroviaria en Colombia
Si queremos que esta iniciativa avance sin tropiezos, es clave entender que la ciberseguridad es un requisito indispensable.
11:12 a. m.
La reciente apuesta del Gobierno colombiano por reactivar el sistema ferroviario —con una inversión cercana a los $94 billones—, es sin duda una noticia que despierta entusiasmo. Modernizar la infraestructura, reducir costos de transporte y fortalecer la competitividad suena como el inicio de una nueva era para la movilidad del país. Sin embargo, detrás de la emoción hay un reto silencioso que no podemos ignorar: la ciberseguridad del sistema.
En un mundo cada vez más digital, los trenes ya no dependen únicamente de rieles y locomotoras. Hoy, la señalización, el control remoto y el monitoreo en tiempo real se gestionan a través de plataformas digitales. Y si esas plataformas no están protegidas, el riesgo es enorme: interrupciones del servicio, robo de información, manipulación de datos o incluso, en el peor de los casos, accidentes.
En otras latitudes, donde el sector ferroviario está mucho más consolidado, los ataques digitales ya son una realidad. La Agencia Europea de Ciberseguridad (ENISA) reportó que entre 2021 y 2022, el 45 % de los ataques al sector fueron de tipo ransomware, es decir, secuestro de sistemas a cambio de dinero. Si allá, con décadas de experiencia, los trenes son vulnerables, ¿qué podemos esperar en Colombia, donde apenas estamos prendiendo motores?
Un ataque no solo afecta lo tecnológico, puede paralizar servicios esenciales, generar pérdidas millonarias y, a largo plazo, hasta dañar la reputación del sector. En otras palabras, un descuido en ciberseguridad puede descarrilar no solo un tren, sino todo un proyecto de país.
La reactivación ferroviaria es una oportunidad histórica para Colombia. No obstante, si queremos que este tren avance sin tropiezos, debemos entender que la ciberseguridad ya no es un lujo ni un complemento, es un requisito indispensable.
El futuro del transporte ferroviario no solo depende de rieles y locomotoras, sino de firewalls, contraseñas seguras y especialistas atentos, porque en la era digital que vivimos, el verdadero descarrilamiento no ocurre en las vías, sino en los sistemas.