La postura clave para dormir y estrategias para descansar profundamente
En un mundo que no se detiene, el valor de un sueño de alta calidad es incalculable. ¿Cuál es la postura clave?
Noticias RCN
01:52 p. m.
El sueño no es solo un descanso para la mente, sino una función vital para la salud integral del cuerpo, particularmente la cardiovascular.
En un mundo donde el insomnio y la mala calidad del sueño son cada vez más comunes, conocer las mejores prácticas para un descanso reparador se ha vuelto fundamental.
Contrario a la creencia popular de que cualquier posición es válida, expertos en salud, incluidos cardiólogos, han profundizado en cómo la postura al dormir puede influir significativamente en nuestro bienestar.
Según el Dr. Daniel P. Morin, cardiólogo del programa Heart and Vascular Center de Mayo Clinic, la mejor postura para dormir es de lado. Esta recomendación se fundamenta en varios beneficios comprobados que impactan directamente la salud cardiovascular y respiratoria.
Dormir de lado puede ayudar a reducir los ronquidos y la apnea del sueño, condiciones que, al interrumpir la respiración, elevan la presión arterial y aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine correlacionó la posición supina (boca arriba) con una mayor incidencia de eventos de apnea obstructiva del sueño.
¿Cómo influye la postura al dormir en la salud cardiovascular?
La influencia de la postura al dormir en la salud cardiovascular es un campo de creciente investigación.
Al dormir de lado, especialmente sobre el lado izquierdo, se favorece el drenaje linfático, un sistema crucial para eliminar toxinas del cuerpo. Además, esta posición puede aliviar la presión sobre los órganos internos, incluyendo el corazón.
Una investigación preliminar citada en Circulation, sugirió que dormir de lado podría reducir el estrés en el corazón, aunque se necesitan más estudios para confirmarlo plenamente.
En contraste, dormir boca arriba puede empeorar los ronquidos y la apnea, obligando al corazón a trabajar más. Dormir boca abajo, por su parte, puede generar tensión en el cuello y la columna, afectando indirectamente la calidad del sueño.
Más allá de la posición, la calidad del sueño es una prioridad. La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos recomienda que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche. La privación crónica del sueño se ha vinculado con un mayor riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
¿Qué otros consejos pueden mejorar la calidad del sueño?
Para optimizar la calidad del sueño, los expertos sugieren adoptar hábitos saludables que van más allá de la postura:
- Establecer un horario regular: Irse a la cama y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico.
- Crear un ambiente propicio: Mantener la habitación oscura, tranquila y fresca. La temperatura ideal suele oscilar entre 18 y 20 grados Celsius.
- Evitar estimulantes: Reducir el consumo de cafeína y nicotina, especialmente en horas de la tarde y noche.
- Limitar el alcohol: Aunque puede inducir somnolencia, el alcohol interrumpe las fases del sueño profundo.
- Desconectar de pantallas: Evitar dispositivos electrónicos (celulares, tabletas, televisores) al menos una hora antes de dormir, ya que la luz azul suprime la melatonina.
- Practicar relajación: Incorporar rutinas como la lectura, un baño tibio o meditación antes de acostarse.
- Mejorar la postura y adoptar estos consejos no solo contribuirá a un descanso más reparador, sino que también representará una inversión significativa en la prevención de enfermedades y en la promoción de una vida más saludable y longeva.


