Amigdalectomía: ¿cuáles son sus principales riesgos y en qué casos se hace?
Este procedimiento se utiliza principalmente para tratar problemas respiratorios y afecciones causadas por el tamaño de las amígdalas.
Noticias RCN
07:27 p. m.
La amigdalectomía es una cirugía que se hace con el objetivo de extirpar las amígdalas para tratar infecciones y su inflamación. Aunque usualmente se ha relacionado este procedimiento para tratar la amigdalitis, también se utiliza para tratar distintos problemas respiratorios que se presentan a la hora de dormir.
Casos en los que se hace la amigdalectomía
Según Mayo Clinic, este procedimiento se utiliza para tratar amigdalitis recurrentes, crónicas o intensas, problemas respiratorios que ocurren al dormir, problemas causados por amígdalas agrandadas, sangrado de las amígdalas y otras enfermedades.
No obstante, esta cirugía también puede tratar otras enfermedades poco comunes como el cáncer en las amígdalas, sangrado de los vasos sanguíneos cerca a la superficie de las amígdalas y mal aliento causado por la formación de tonsilolitos, pequeñas piedras en estas.
¿Cuáles son los riesgos de una amigdalectomía?
Los riesgos de este procedimiento pueden variar según la condición médica de cada paciente. Al igual que en otras cirugías, se pueden presentar reacciones a la anestesia como náuseas, vómitos o inflamación muscular. La hinchazón de la lengua o el paladar blando también pueden causar problemas respiratorios tras las primeras horas después del procedimiento.
El sangrado durante la cirugía, aunque es poco común, puede alargar los días de hospitalización de los pacientes. También se puede presentar este sangrado durante el proceso de cicatrización cuando la costra de la herida se afloja y causa irritación. Finalmente, Mayo Clinic anuncia que la amigdalectomía puede llevar a una infección que requiera de tratamiento.
¿Qué ocurre después de una amigdalectomía?
Algunos de los problemas más comunes después de una amigdalectomía son: dolor de garganta leve a grave durante 1 o 2 semanas, dolor en los oídos, el cuello o en el hueso maxilar, náuseas y vómitos durante algunos días, fiebre leve durante algunos días, mal aliento por hasta 2 semanas, hinchazón de la lengua o la garganta y sensación de tener algo atorado.
Varias de las recomendaciones para aliviar el dolor es tomar analgésicos según indicación médica, beber abundantes líquidos y paletas, consumir alimentos fáciles de tragar y evitar hacer actividades físicas exigentes después de dos semanas del procedimiento.

