Christian Byfield: sus consejos para viajar, liberarse de prejuicios y tomar el camino de la felicidad

Christian Byfield estudió Ingeniería Industrial porque vio que un primo era lo que se denomina “exitoso”: apartamento, carro y dinero. Él siguió su camino y trabajaba en una oficina en la carrera Séptima con calle 72, en Bogotá. Pero no se sintió lleno. A su alma le faltaba algo. Recordó cuando estaba en el colegio y un profesor lo llevo a “mochilear” por Leticia. “Fue encontrar la libertad, aprender y conocer personas. Lo más lindo de un viaje es conocer gente”, dijo en diálogo con Andrea Jaramillo e Isabella Atehortúa, en el video-pódcast Cómo es la vuelta.

Se dio cuenta de que los viajes son su amor, su felicidad. Trabajando como consultor en una empresa en la que le pagaban un buen sueldo, lloraba porque no estaba haciendo cosas por él mismo. Un día abrió un periódico en el que una aerolínea del Medio Oriente buscaba auxiliares de vuelo. Aplicó. No duró mucho. En un viaje al Huila decidió irse a dar la vuelta al mundo. “Confiar en lo que dice mi corazón y algo bueno puede pasar”, pensó antes de renunciar a su trabajo y contarle la decisión a su familia.

Y se animó a tomar el camino incierto. No quiso seguir el sendero seguro de ser un ejecutivo exitoso. Y se planteó la idea de escribir de sus viajes o ser profesor internacional. Y ya ha conocido 85 países y la Antártica. Cumplió su sueño. Logró el éxito, que para cada persona puede ser diferente. Logró vivir para viajar, y viceversa. Y todo, después de decidirse a pensar en sí mismo, a pensar en su felicidad y no en la de los demás. Sin prejuicios. Bancándose los comentarios de exjefes, amigos y familiares. Le importó (y le importa), primero que todo, él mismo.

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“Creo que me ajusto muy bien a las culturas. Llego, pregunto y comienzo a entender muchas cosas de los lugares”, profundizó Byfield, quien afuera de Colombia aceptó su homosexualidad, escribió blogs de viajes, empezó a ganar seguidores en redes sociales y dinero. Y encontró el camino de que le paguen por recorrer el planeta. Y escribió 754 días, un libro en el que cuenta sus experiencias. Hoy en día, ya tiene más de 500 mil seguidores en Instagram y muchos más viajes en sus pensamientos.

“Cuando estaba escribiendo el libro, mi editora entrevistó a todas mis personas cercanas”, contó en Cómo es la vuelta. Y sus padres aceptaron su orientación sexual y abrieron la mente. “Acá estamos pa’ lo que sea. Eso no tiene nada de malo”, le dijeron. Y ahora parece que no dejara de sonreír. “Soy una persona muy feliz, pero, como todos, tengo mis bajonazos”, concluyó Christian Byfield, un hombre que sabe cómo es la vuelta y que aconseja “estar abierto para conocer gente, porque el 99.9 % de los humanos le quieren dar una mano a uno”, y “llevar un vestido de baño a donde sea”.

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