Cámara de Representantes citó a debate de reforma a la salud a pesar de subcomisión para llegar a acuerdo

La Presidencia y la Secretaría de la Cámara de Representantes citaron para el próximo martes 5 de septiembre la continuación del segundo debate de plenaria sobre la reforma a la salud que ya pasó su primer debate en la Comisión Séptima. Aunque se creó una subcomisión para lograr un nuevo texto en consenso, con el que luego no estuvieron de acuerdo los congresistas del Pacto Histórico, el orden del día obviará esta subcomisión para el debate de plenaria.

Las trabas de la reforma a la Salud

El debate de la reforma a la salud no ha sido fácil. El Gobierno tuvo que prescindir de la ministra Carolina Corcho, que era de los afectos al presidente Gustavo Petro, porque esta no pudo lograr consenso frente a la aprobación del texto inicial. Aunque pasó en primer debate de la Comisión Séptima, esto solo ocurrió cuando congresistas liberales como María Eugenia Lopera se salieron al redil al expresidente César Gaviria. Este último ha mantenido hasta ahora una posición desmarcada y muy crítica de la reforma frente al jefe de Estado, pero su partido sigue siendo de Gobierno. 

En la práctica, poner en el orden del día el debate de la reforma en la plenaria, que es el segundo debate, significa pasar por alto la proposición de la creación de la subcomisión que fue una idea de la congresista del Nuevo Liberalismo, Julia Miranda.

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La propuesta de Julia Miranda

En la semana del debate clave en la plenaria de la Cámara, en donde la reforma tiene mejor recibimiento, la representante Julia Miranda radicó una proposición que pasó desapercibida y no fue votada negativamente por los congresistas de la bancada del Pacto Histórico. Estableció la creación de una subcomisión en el Congreso para la generación de un nuevo texto que unifique a los sectores del sistema al rededor de la reforma, siguiendo la línea del presidente Gustavo Petro que propuso un gran acuerdo Nacional. 

Los peros de la reforma en el Congreso

La reforma ha sido controvertida desde su radicación y, de hecho, desde que se propuso la transformación del sistema en el Plan de Gobierno del mandatario. El sistema tiene más del 95 % de cobertura de servicios y atención a la población en Colombia, de acuerdo con el Plan de Beneficios en Salud. Sin embargo, la reforma del presidente propone una conversión para que las EPS dejen de ser intermediarias y se conviertan en gestoras recibiendo de un 5 % a 8 % por la prestación de servicios. El Estado pasaría a ser el prestador principal de todas las coberturas en salud a partir de un modelo regional pero centralizado en la Administradora de los Recursos del Sistema de Salud (Adres). 

Esto implica que los privados no tendrían de ninguna manera el protagonismo que tienen hoy en la gestión financiera y de aseguramiento para los millones de afiliados en el régimen contributivo y en el subsidiado. Quienes se oponen a esta propuesta señalan que esto afectaría la calidad del servicio y generaría una burocracia estatal que podría darle poder político a liderazgos regionales que no necesariamente serían positivos.

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De otro lado, el Gobierno argumenta que los privados han tenido enormes limitaciones para prestar los servicios en las zonas dispersas y atender a los pacientes que no viven en los grandes centros urbanos, algo que es cierto de acuerdo con los pacientes y los números de PQRS de los afiliados que no se encuentran en las cabeceras municipales, sino en zonas a donde difícilmente llegan hospitales con servicios generales.

La reforma seguirá su curso en el Congreso, pero, en caso de ser aprobada en la plenaria de la Cámara, aún le queda un difícil proceso en el Senado en donde el Gobierno está lejos de tener las mayorías y el ministro Luis Fernando Velasco ha tenido resultados deficientes.