Capturan a dos sujetos que transportaban 55 crías de caimán en un costal: decían que eran mangos
De acuerdo con la normativa colombiana podrían enfrentar hasta 11 años en prisión y multas millonarias.
Noticias RCN
03:08 p. m.
La Policía departamental de Bolívar capturó en las últimas horas a dos sujetos que, en un moto carro y dentro de un costal, transportaban 55 crías de babilla o caimán de anteojos, que serían utilizadas para el tráfico de especies.
Al ser requeridos por las autoridades, en el barrio Puerto Santander, del municipio de María la Baja, ambos sujetos dijeron que se trataba de un costal de mangos.
Sin embargo, los uniformados notaron movimientos extraños que provenían de su interior y decidieron revisar.
En su interior, se encontraron con los 55 ejemplares, aún con vida, y los pusieron en manos de las autoridades ambientales para que les realicen una serie de chequeos y evalúen su liberación.
Ambos sujetos fueron capturados y, de acuerdo con la Policía del departamento de Bolívar, tendrán que enfrentarse al delito de aprovechamiento ilícito de recursos naturales.
¿Qué dice la Ley colombiana sobre el aprovechamiento ilícito de los recursos naturales?
En su artículo 328, el Código Penal Colombiano establece penas en prisión y multas para el que incurra en el delito de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables.
“El que con incumplimiento de la normatividad existente se apropie, acceda, capture, mantenga, introduzca, extraiga, explote, aproveche, exporte, transporte, comercie, explore, trafique o de cualquier otro modo se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, corales, biológicos o genéticos de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento treinta y cinco (135) meses y multa de ciento treinta y cuatro (134) a cuarenta y tres mil setecientos cincuenta (43.750) salarios mínimos legales mensuales vigentes”, se lee en el texto.
Además, se indica que “la pena aumentará de una tercera parte a la mitad cuando la conducta se cometa a través de la práctica de cercenar aletas de peces cartilaginosos (tiburones, rayas o quimeras), y descartar el resto del cuerpo al mar”.

