¿Langosta a 700.000 pesos? Vuelve y juega: turistas denuncian precios abusivos en Cartagena

En medio de las denuncias y críticas hacia los establecimientos de Cartagena por abusar de sus clientes con costos excesivos, un nuevo caso ha salido a la luz en la paradisíaca isla de Barú. A través de las redes sociales, un visitante indignado reveló los exorbitantes precios de los productos en un restaurante de la reconocida Playa Blanca.

Se han conocido casos de extranjeros que han sido estafados y les han cobrado hasta más de 20 millones por viajes en lancha o tres millones por un almuerzo. Aunque la Alcaldía anunció que tomará medidas para evitar que esto siga ocurriendo, los abusos continúan. 

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¿Langosta a 730 mil pesos?

La lista de precios compartida por un usuario en internet muestra cifras que han causado asombro y malestar entre los lectores. Aunque las comidas tienen costos exorbitantes, las bebidas no se quedan atrás: cervezas nacionales a 45 mil pesos, una botella de Smirnoff Ice a 65 mil pesos y una botella de agua, a 15 mil. 

En cuanto a los almuerzos se detalla que una sierra de 500 gramos tiene un precio de 180.000 pesos y si desea la grande, de 700 gramos, deberá 360.000 pesos, sabiendo que la materia prima para preparar este plato no cuesta ni un cuarto del precio estipulado. 

Pero los precios no se detienen ahí. El pargo, uno de los platos más apreciados por los visitantes, tiene un rango de precios que oscilan entre los 360.000 y 480.000 pesos y una mojarra puede costar hasta 150.000 pesos.

Lo que más sorprendió a los usuarios fue el valor de una langosta "mediana": 420.000 pesos, mientras que una "grande" alcanza los sorprendentes 720.000 pesos, situándose como el segundo producto más costoso en el menú. Sin embargo, el plato estrella del lugar es una picada mixta, la cual tiene un precio de 850.000 pesos, precio que ha desatado la furia e indignación de los internautas y turistas.

La indignación de los usuarios

Estos hechos se siguen presentando pese a las constantes alertas de los visitantes, quienes le exigen al gobierno local tomar medidas contra estafadores y oportunistas. 

A pesar de las denuncias y las promesas de la administración municipal por garantizar una estancia tranquila a los visitantes, este nuevo caso pone de manifiesto la falta de control y la persistencia de prácticas abusivas en algunos establecimientos de Cartagena.

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Ante esta situación, los turistas comienzan a pensar dos veces antes de visitar la Heroica, hasta que se vean resultados tangibles de un plan de contingencia por parte de las autoridades municipales. Incluso, en redes sociales han abundado las propuestas de visitar otros lugares muy bellos del país, como Santa Marta, el Eje Cafetero, Boyacá, entre otros. 

Un turismo justo y transparente es lo que se espera, en el que el visitante no se convierta en una víctima más de estafas y aprovechamientos desmedidos.