Nueva normativa para los cascos de las motos, ¿debe cambiar el suyo?
El MinTransporte hizo estos cambios para que dichos elementos de protección se ajusten a estándares que permitan reducir muertes de motociclistas en las vías.

Una modificación a la resolución 1080 del 2019 permitirá que los cascos que se vendan en el país se ajusten a la normativa del acuerdo de 1958 de ONU. El Ministerio de Transporte hizo estos cambios para que dichos elementos de protección se ajusten a estándares de seguridad que permitan reducir la muerte de motociclistas en las vías, pues este actor vial se han convertido en el que más número de decesos aporta a las tasas de fatalidades en materia de movilidad.
El jefe de la cartera de Transporte, Guillermo Reyes, hizo aclaraciones al respecto. Se trata de “eliminar barreras para que en el país se comercialicen estos elementos de protección personal con las últimas actualizaciones, pues la norma vigente limitaba este acceso a los usuarios”, por ende, no implica que los conductores deban cambiar sus cascos, solo que serán comercializados en el país unos de mejor calidad.
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Con esta nueva medida los colombianos podrán encontrar a la venta cascos que cumplan con la norma R22.06 y versiones siguientes, adicionalmente, los que no cuenten con protección de barbilla deben tener una etiqueta que confirme esta información.
Siete de cada diez muertes en las vías involucra a un motociclista
De acuerdo con el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, entre enero y octubre del año pasado los accidentes cobraron la vida de casi 7.000 personas, y según Darío Hidalgo, experto en movilidad, al menos 7 de cada 10 accidentes en las vías tienen que ver con motocicletas. Luego siguen los peatones y ciclistas. “Casi un 30% de los motociclistas exceden los límites de velocidad y realizan maniobras de adelantamiento indebido, además de irrespetar señales de tránsito como 'el pare' o el semáforo en rojo”.
Desde varios sectores se ha buscado una solución para esta problemática que hoy posiciona a Colombia como el país con peores tasas de accidentalidad en el mundo. Incluso desde la alcaldía de Bogotá se promueven cursos a motociclistas para con pedagogía disminuir las acciones peligrosas o imprudentes que pueden provocar un siniestro. También hay otras iniciativas como S.O.S. Motocultura, una fundación que protege los derechos de estos conductores y que busca crear conciencia vial.