Prohibido maltratar: agresiones contra los agentes de tránsito que se salieron de control
Los malos tratos y "castigos" en contra de oficiales habrían llevado al límite a un uniformado que intentó quitarse la vida con veneno para ratas.
Noticias RCN
07:00 p. m.
Al despacho de la Alcaldía de Ibagué y otros organismos de control han estado llegando, desde el año pasado, denuncias de agentes de tránsito y sus esposas, que no hayan qué hacer ante los malos tratos que, presuntamente, recibirían del segundo al mando en la institución, el subcomandante Hannson Reina.
“Éramos felices hasta el 1 de abril del 2024, cuando lo nombraron”, recuerda el agente Diego Fernando Sánchez, que tiene registrados en video sus desacuerdos con el subcomadante, que, según dijo: “Me ha cogido delante de otros compañeros para agredirme verbalmente, maltratarme, menospreciarme y decirme que me vaya”.
Pero Diego no es el único que ha tenido desacuerdos con el subcomandante. Otros agentes insisten en que suele imponer castigos en contra de quienes se quejan por sus majeo del personal o han pensado en renunciar.
“Los castigos, básicamente, son dejarlo a uno al rayo del sol, entre seis y 10 horas (…) uno no tiene derecho a entra al baño o tomarse una botella con agua, porque ellos dicen que van a hacerte un reporte por abandono del cargo”, señaló el agente Javier Buriticá González.
Al que se suma el uniformado Jarbey Andrés Vergara al denunciar que Reina “tiene preferencia por un grupo de personas, a los que les llaman los intocables y son leales a él, cuando todos tenemos que rotar, cuando tiene que haber una circulación por los puestos de trabajo.”
¿Qué dice el subcomandante Reina?
Reina atribuye el descontento de sus subordinados a cambios que, supuestamente, han venido implementándose en la institución:
“A los agentes de tránsito a nivel nacional se les exige una actividad profesional y que se adecuen a todas las labores que nosotros debemos cumplir con la comunidad”.
Además, sugiere que la ubicación en los distintos puntos de trabajo responde a las habilidades de cada agente: “Provoca cierta desmotivación en las personas que, quizás, vienen desarrollando labores de otra manera, pero hay que dejar claro que estas exigencias se hacen en el marco de la Ley, respetando los derechos (…) hay personas que tienen talento para unas cosas y otras no tanto”.
Agente de tránsito intentó quitarse la vida por presunto hostigamiento en la institución:
Entre los más afectados se encuentran el agente Juan Gabriel Moreno y su familia.
En algún punto, desde que Reina subió al puesto de subcomandante, empezó a sentir que lo trataba como a su peor enemigo y ante reclamos y regaños empezó a cuestionarse, a preguntarse “si todo lo hacía mal, si las cosas no salían bien porque tenía un problema”.
Pero la gota que derramó el vaso fue encontrarse en la primera semana de junio con que otra persona había sido designada a su lugar de trabajo. Entonces y, de acuerdo con su abogado, Armando Escobar: “El agente de Moreno intentó quitarse la vida con veneno para ratas, precisamente, a raíz de esa presión desmedida, esa persecución laboral por parte del presunto acosador”.
Pero insiste, al igual que sus compañeros, que “lo más grave de todo es que este hecho ya lo conoció la Procuraduría, la Personería de Ibagué, la dirección de control interno disciplinaria, la Alcaldía y no han tomado cartas en el asunto”.
Agentes habrían encontrado presunta red de corrupción en la seccional de Ibagué: Segunda parte del informe
Tras encontrar un vehículo chocado y abandonado en la comuna 7 de Ibagué, el agente Jarbey Andrés Vergara habría descubierto una presunta red de corrupción al interior de la institución.
En un principio, pensó que el propietario del vehículo buscaba evitar la multa millonaria por conducir bajo los efectos del alcohol y la suspensión de su licencia, pero encontró que compañeros estarían recibiendo dinero a escondidas para borrar los comparendos:
“Un ciudadano al que le hicimos el pare en la avenida Pedro Tafur, sobre la 1:00, 1:20 a.m., no quiso parar e, incluso, nos tiró la camioneta por encima. Guardias de criminalística lograron detenerlo y yo le hice la prueba de embriaguez y, al salir positiva, me ofrece seis millones de pesos y con la segunda prueba, que arrojó grado 3, me ofreció 12 millones”.
Pero su sorpresa fue mayor cuando, pasado un mes, no logró encontrar el comparendo en los registros oficiales. Según denunció el agente Javier Buriticá González, “se estaban perdiendo los documentos que prueban que se realizó el comparendo”.
Decidido a entender lo que había pasado, el agente Vergara se puso en contacto con el infractor y al decirle que su multa, por más de 30 millones de pesos, había sido subida al sistema para que realizará el pago, le contestó que le había girado siete millones de pesos a dos de sus compañeros para que destruyeran el comparendo.
Un fenómeno que habría ocurrido con al menos 20 comparendos, solo en diciembre del 2024; por lo que impuso una denuncia ante la Fiscalía “por destrucción, ocultamiento y concurso para delinquir”, que puso en conocimiento del secretario de Movilidad, aunque este asegura que el contenido de la denuncia no llegó a la administración municipal.
Agentes estarían quedándose sin pruebas por el uso de alcohosensores diferentes a los que exige la Ley:
El agente Vergara señala directamente al subcomandante Reina por presuntamente administrar a sus subordinados alcohosensores que no dejan un registro de las pruebas, contrario a lo que dicta la Ley.
Sin embargo, él insiste en que “existen organismos de apoyo a la seguridad vial que aportan equipos alcohosensores para ayudar a los controles de alcoholemia y esto no quiere decir que los equipos realicen procedimientos fraudulentos”.
Mientras, agentes como Javier Buirticá, que renunció al Tránsito por presuntos malos tratos, señalan al subcomandante Reina de querer hacerlos pasar por encima de la normativa, en una institución en la que imperaría “la Ley del silencio, en la que no se puede hablar y, si usted habla, es un enemigo para ellos. Es su objetivo militar”.
En Cali, agresiones contra agentes resultaron en incapacidades de hasta 45 días: Tercera parte del informe
Las agresiones contra agentes de tránsito en Cali se han dado a conocer, ampliamente, a través de las redes sociales.
Videos en los que son golpeados por turbas enardecidas, arrastrados por vehículos en puntos de control e insultados sin piedad, dan cuenta del infierno que tienen que vivir en las calles, simplemente, por cumplir con su trabajo.
Sin embargo, las peores agresiones no son registradas, como aquel 25 de julio de 2018, cuando la agente Mónica Peña requirió un vehículo en medio de controles al transporte pirata.
Al entregarle la orden de notificación y explicarle que debía inmovilizar su vehículo, el conductor no tuvo problema en darle un puño en uno de los senos, con tal fuerza que lo reventó. A la agente Peña tuvieron que realizarle una cirugía de reconstrucción y darle 45 días de incapacidad.
“Me hubiera podido morir ese día ante las agresiones, pero, afortunadamente, hubo personas que me defendieron (…) fue uno de los días más tristes desde que estoy trabajando, porque sentí la manera en la que irrespetan la autoridad, me sentí vulnerada”, recordó, en conversaciones con Noticias RCN.
Sin embargo, no ha sido el único ataque al que se ha visto expuesta en funciones. En al menos otras dos ocasiones fue víctima de la ira desmedida de los conductores y, con el tiempo, llegó a entender que “no les gustan los uniformes. No les gustan las personas que, por decirlo de una manera, implementan el orden”, en la ciudad.
Su familia, al igual que la de otras agentes víctima de maltrato físico y psicológico, como en el caso de Félix Angulo, no entienden por qué a las personas les cuesta tanto aceptar que cometieron un error al volante.
Mientras tanto, siguen siendo sujeto de agresiones, porque sí y porque no: “A veces estás en un semáforo, controlando el tráfico, y la gente pasa y te trata mal”, lamentó el agente Angulo.
Prohibido maltratar: agresiones fuera de control | Última parte del informe
“Nosotros somos agentes de tránsito, defensores de derechos humanos y entre esos está el derecho a la vida”, señaló Wilder Balanta.
Andrés Pantoja comentó que “muchas veces me dan la mano habiéndole hecho el comparendo, por la forma en la que los trato.
Son dos agentes de generaciones distantes. No se conocen, pues uno trabaja en Cali y el otro en Candelaria, Valle, pero ven desfilar el mismo panorama diariamente: una problemática con los conductores de motocicletas.
Los dos fueron víctimas del fenómeno que azota a los guardianes de las vías. “Es una violencia tipificada en el Código Penal como violencia contra servidor público”.
El caso más reciente fue el de Pantoja. Ocurrió sobre un puente peatonal que motociclistas usan en contra de las normas.
“El conductor baja por el puente peatonal por una rampa que solo es para personas con discapacidad”.
Como estaban haciendo pedagogía con su compañero Marco Antonio García, este prendió la cámara del celular y grabó casi todo. El infractor, con actitud violenta, sacó un arma y disparó; también apuntó contra el agente que grababa; luego huyó.
Algo similar vivió el agente Wilder Balanta. Un conductor emprendió contra el funcionario, lo agredió verbalmente y luego lo golpeó brutalmente.
“Teniendo el casco puesto me agredió, me golpeó y me tiró al piso. 15 días de incapacidad; la herida hubo necesidad de colocarme una sutura que me equivalió a 5 puntos”.
El agresor fue detenido por la Policía, y el proceso, aunque lento, avanza.
Su abogado cree que la violencia contra los guardas en Cali, tiene un antídoto:
“En la medida en la que capacitemos a los conductores, los vamos a convertir en unos nuevos ciudadanos respetuosos de las normas de tránsito”, estima Armando Escobar.
Para contrarrestar la oleada de agresiones, la Secretaría de Movilidad está implementando el uso de cámaras individuales o corporales. Una cooperación estrecha con la Fiscalía y Policía también ayuda a que los procesos penales avancen.
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