Este fue el hombre que negoció en secreto con los secuestradores para liberar a los 29 uniformados
El hombre se jugó la vida para lograr la entrega de los policías y el militar secuestrados.
Noticias RCN
02:49 p. m.
La liberación de los 28 policías y el militar secuestrados en El Plateado, Cauca, no fue un golpe de suerte ni una decisión espontánea de sus captores.
Detrás de este episodio, hubo una negociación intensa con un solo objetivo: traer de vuelta a los uniformados con vida.
El protagonista de esta operación no fue ni el Gobierno Nacional ni la cúpula militar. Fue un hombre que, contra todo pronóstico, permaneció en el terreno, insistió en el diálogo y convenció a los secuestradores de soltar a sus víctimas.
Este fue el hombre que negoció en secreto la liberación de los 29 uniformados
Su nombre es Daniel Molano, defensor del pueblo regional del Cauca, un funcionario que ha dedicado su carrera a mediar en los conflictos más delicados del departamento.
A diferencia de otras figuras del Estado que solo llegaron a la zona cuando la presión mediática era insostenible, Molano estuvo ahí desde el inicio, negociando con los responsables y poniendo en riesgo su propia seguridad.
Las 40 horas que definieron la libertad de los uniformados
Desde el momento en que los policías y el militar fueron retenidos por la comunidad, bajo la influencia del Frente Carlos Patiño, las alarmas se encendieron en el alto mando del país.
Sin embargo, en el terreno la situación era aún más crítica. Los uniformados estaban en una zona de difícil acceso, rodeados por un grupo que, según inteligencia militar, había sido manipulado por estructuras criminales que operan en el Cañón del Micay. En este contexto, cualquier movimiento en falso podía desencadenar una tragedia.
Fue ahí donde entró en acción Daniel Molano, quien asumió la misión de interlocutor directo con la comunidad y los secuestradores.
Estuvimos en una zona difícil, de difícil acceso topográfico y además de difícil acceso por cuestiones de orden público, que sería en el departamento del Cauca. Pero nos movía en grado sumo la voluntad de sacar a estas personas, a esos ciudadanos que detrás de un uniforme hay seres humanos.
El defensor sabía que la comunidad estaba bajo una fuerte presión y que muchos de sus integrantes no actuaban por voluntad propia, sino por miedo o coacción. Por eso, su estrategia fue insistir en el diálogo, buscar puntos de acuerdo y, sobre todo, no ceder ante las amenazas.
¿Cómo fue la madrugada de la negociación?
Daniel Molano no durmió. Él estuvo en el epicentro del conflicto, intentando convencer a los responsables de que soltar a los policías y al militar era la única salida viable.
Soy un hombre terco, un hombre necio, un hombre persistente. Decidí quedarme en el sector hasta el otro día y fue así como, a eso de las 10, 11 de la mañana, logré entablar conversaciones nuevamente y llegué al sitio. Efectivamente logramos la recepción de estas personas a eso de las 3, 4 de la tarde.
Cabe mencionar que este hombre conoce de primera mano la realidad del Cauca. Así lo dio a conocer:
Nací aquí, me eduqué aquí, me casé aquí, tengo mi familia aquí, amo este departamento.
Pero su conocimiento del territorio también le ha mostrado el lado más oscuro del conflicto.
Claro que tenía nervios, pero la situación exigía que alguien diera el paso y lo hiciera. Yo no podía darme el lujo de fallar.
El defensor evitó mencionar directamente a los grupos armados que operan en la región, pero dejó entrever que estos estuvieron detrás del secuestro.
Está la constante presencia y proliferación de los diferentes actores armados. Ahí hay tres. A mí no me gusta en los medios manifestar el nombre de estos actores porque yo, en medio de mi misionalidad, debo en muchas ocasiones interactuar con ellos.
Sus palabras dejaron claro que el secuestro de los uniformados no fue un acto espontáneo, sino parte de una estrategia de intimidación utilizada por los grupos criminales que controlan la zona.