Así terminó la pelota con la que Maradona anotó su primer gol como profesional

El 25 de noviembre de 2020, cuando aún era incierto el futuro de la pandemia del covid-19, falleció uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos y un hombre que trascendió diferentes ámbitos de la vida: Diego Armando Maradona.

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‘El Pelusa’, como le decían cuando jugaba de niño con sus amigos en Villa Fiorito, revolucionó el balompié con su aparición en Argentinos Juniors en la década del 70; con su trasegar por Boca Juniors, con el que ganó el Metropolitano del 81; con su llegaba al Barcelona, donde se peleó con el presidente del club y partió a un Napoli en donde se convirtió en el máximo ídolo de su historia. Con su exhibición antológica en el Mundial de México 86, donde fue campeón tras realizar “la mano de Dios” y “el gol del siglo” contra Inglaterra.

En 1976, jugando con Argentinos, disputó un compromiso como visitante contra San Lorenzo de Mar del Plata. Su equipo ganó 5-2 y el brindó un espectáculo, con apenas 16 años. Hizo su primer gol como profesional contra el entonces portero Rubén Alberto Lucangioli, quien falleció en 2005.

El destino del balón

Lucangioli se quedó con la pelota con la que el astro zurdo marcó su primer tanto como profesional y la guardó como un tesoro. Nunca la vendió, a pesar de que le ofrecieron considerable dinero por ella, y el objeto redondo estuvo bajo llave durante 22 años, hasta 1998.

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“Un día, en una charla con el viejo sobre fútbol, me dice: ‘Andá a buscar el recorte de la nota de tal partido que está guardada arriba’. Nosotros teníamos un altillo. Saco la bolsa, y ahí estaba todo, la pelota y los guantes. Tengo un nene que hoy tiene 25 años. En ese momento tenía cuatro. Como todo nene, cazó la pelota y se fue afuera a jugar con la pelota. Y teníamos una perra que se llamaba Pinky que moría por jugar a la pelota. Agarró la pelota, se la sacó a Santiago. Fue a la plaza y la destrozó”, le contó a TNT Sports Fabián Lucangioli, hijo del portero mencionado.

“Mi papá no sabía que Santi se había llevado la pelota, estábamos discutiendo de fútbol con los recortes. Y mi hijo no sabía qué era esa pelota. Y se perdió. La destruyó la perra; volvió con un cachito de cuero en la boca. Mi viejo lo vio, se enojó y lo tiró. No te puedo decir lo que dijo mi viejo en ese momento”, concluyó.

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