Reforma tributaria: ¿por qué las personas deberían aportar más que las empresas?

El punto al que el gobierno de Gustavo Petro le dio prioridad para pasarlo como proyecto de ley una vez comenzó su mandato en forma el 8 de agosto, fue el la reforma tributaria, el que a la vez se espera que quede aprobado antes de que finalice el 2022.

La propuesta principal de la reforma es el recaudo de cerca del 1,8 del PIB el año entrante, que en cifras concretas equivaldrían a 26 billones de pesos. La meta es bastante ambiciosa y los expertos coinciden en que el marco real indica que el recaudo sería mucho menor al que se tiene como visión. 

Sin embargo, el gobierno se aferra en su bandera principal de apuntarle a las personas, en especial a aquellas con ingresos de más de 10 millones de pesos mensuales. Esto, para los economistas especialistas en la materia, es una muy buena medida, pero que debe ser acompañada por el aporte empresarial, sin que esto indique que el peso tributario recaiga sobre ellas. Es más, las tarifas de impuestos propuestas en el proyecto de ley de la reforma, deberían no ser tan altas. 

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Preocupaciones de la reforma tributaria

En ese sentido, Marc Hoffsteter, profesor de economía de la Universidad de Los Andes y con Ph.D en la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, habló con NoticiasRCN.com y explicó los puntos en contra que tiene la reforma tributaria del gobierno de Gustavo Petro y qué  ajustes se deberían hacer para ser aprobada. 

"Hay dos preocupaciones. Una, si bien tiene todo el sentido del mundo, es balancear el recaudo de las empresas hacia las personas. Colombia tiene un esquema tributario muy, muy recargado sobre las empresas y muy poco sobre las personas. Está bien que le apretemos las tuercas a las personas, pero eso tiene que venir acompañado de una descarga de las empresas. La prosperidad de un país depende de la prosperidad de las empresas y no creo que tenga sentido tener ambas tuercas tan apretadas como esta propuesta plantea", dijo.

"Entonces yo sí esperaría que venga una discusión muy seria sobre las tarifas que pagan las empresas sobre sus utilidades a la luz de esta reforma. En la pasada reforma, terminamos subiéndola de 30% a 35%, una reforma con un capital político muy pobre del gobierno y eso era como lo único malo que tenía para evitar el desastre. Pero eso es una muy mala idea tener unas tarifas tan altas para las empresas y si a eso le agregamos un impuesto por dividendos como este gobierno estaba pensando, pues los empresarios y los inversionistas de las empresas van a terminar pagando unas tarifas que van a hacer inviable la prosperidad de ese sector", agregó. 

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¿Por qué las personas deberían aportar más que las empresas?

Apenas se publicó el documento de la reforma tributaria, algunos ciudadanos pudieron quedar indignados por el alza en el pago de impuestos por personas del común, asegurando que quienes deben aportar más deberían ser las empresas porque son las que más dinero generan. Sin embargo, la explicación a esto es sencilla y es que las empresas son las encargadas de generar empleo y si se les suben los impuestos, aparecería la posibilidad de quedarse sin una utilidad rentable, lo que las llevaría -en el mejor de los casos- a cerrar o sino a quebrar. La consecuencia de esto derivaría en mayor índice de desempleo. 

Esta medida, Hoffsteter la explica de una manera más amplia: "El resultado es que comparado con un escenario en donde tuvieran unas cargas tributarias más bajas, vamos a tener un sector empresarial menos próspero y un sector empresarial en donde va a haber un premio por mantenerse, digamos, pequeño y por tanto con la posibilidad de ser informal".

"Porque justamente las empresas pequeñas escapan al radar de las autoridades, de la DIAN, y entonces si la DIAN lo tiene en su radar, le toca pagar unos impuestos muy altos y si no lo tiene en el radar pues no, y eso en últimas termina siendo una especie de subsidio a mantenerse pequeño, ineficiente y poco productivo y eso, en un resultado agregado en la economía no nos conviene a ninguno. En cambio, ganaríamos todos si las empresas no pagaran penalidades tan altas por crecer y por ser exitosas como las que tenemos", continuó. 

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No obstante, esto no quiere decir que las empresas no deban pagar impuestos o que lo deban hacer en menor medida, sino que a la par, las personas también tienen que contribuir con la tributación del país y con un ajuste gradual entre los que más ingresos ganan, con los que a su vez también declaran renta. Es decir, que no solo debe estar concentrada en la población pudiente del país. 

"Claro que tenemos que grabar a las empresas. Lo que pasa es que tenemos un estatuto tributario en el que la mayor parte del recaudo descansa sobre las empresas y llevamos mucho tiempo señalando que seria saludable tener un esquema donde las personas contribuyamos más y las empresas menos. Entonces la propuesta que yo empujaría no es una de la cual las empresas no tributan, faltaba más, sino una en la cual se pueda rebalancear mejor esas cargas y eso quiere decir, seguramente, quitarles exenciones y la reforma avanza en algo esa agenda, pero tiene que ir acompañado de una reducción en las tarifas o las utilidades que pagan esas empresas", concluyó Marc Hofstetter. 

Por: Santiago Clavijo Merino. / En Twitter: @santiagocm96

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