María Claudia Tarazona reveló el drama de su familia y el oportunismo político en medio de la tragedia
Tras un mes del asesinato de su esposo, el senador Miguel Uribe Turbay. Entre el dolor y fe, ella relató cómo enfrenta el duelo junto a sus cuatro hijos.
Han pasado apenas unas semanas desde que Colombia se estremeció con la noticia: el senador Miguel Uribe Turbay, uno de los líderes jóvenes con mayor proyección política en el país, perdió la vida tras recibir un disparo en la cabeza que lo mantuvo entre cirugías, recaídas y una lucha titánica por sobrevivir.
En entrevista con José Manuel Acevedo, director de Noticias RCN, su esposa, María Claudia Tarazona, compartió por primera vez cómo ha enfrentado la pérdida de su compañero de vida y padre de sus cuatro hijos.
Con serenidad, pero también con una mezcla de dolor y firmeza, aseguró que no piensa olvidar las circunstancias que rodearon su asesinato: “A Miguel no simplemente lo perdí, a Miguel lo mataron”.
El dolor de cada mañana de María Claudia y sus hijos
El recuerdo de esos días aún es insoportable. María Claudia confiesa que cada amanecer trae consigo un golpe de realidad que parece repetirse en un ciclo sin fin.
José Manuel Acevedo: ¿Cómo es levantarse cada día después de lo ocurrido?
María C. Tarazona: “Es levantarse todos los días y recibir la misma noticia, ese mismo dolor todos los días. La esperanza fue un bastón para sobrevivir. Si no tienes esperanza, no llegas al día”.
Durante dos meses acompañó cada intervención médica, cada recaída, cada mínima señal de resistencia de su esposo. “Miguel luchó como un titán hasta el último minuto de su vida. Verlo resistir fue un milagro”, relató, con la voz quebrada.
Ese proceso también la transformó espiritualmente. “El milagro fue haber recibido a Dios en mi corazón y haberme preparado para la muerte de Miguel. Eso me sostuvo y me sigue sosteniendo”, afirmó.
Entre la fe y la indignación política
María Claudia no oculta que, además de la fe, también la acompaña una profunda indignación por lo que califica como indiferencia del Gobierno Nacional durante la agonía de su esposo.
J.M.A: Si hubiera recibido una llamada del presidente Gustavo Petro, ¿qué le habría dicho?
MCT: “Descarado. No tengo nada más que decir”.
María Claudia explicó que su familia pidió expresamente que el mandatario y sus funcionarios no asistieran a las exequias: “No quería la compañía de Petro ni de ninguno de sus aliados en la catedral de un ser tan magnífico como Miguel con gente tan deshonrosa como ellos”.
Su declaración refleja la tensión política que marcó los últimos meses de vida de Miguel Uribe, un crítico permanente del actual Gobierno. Sin embargo, ella aclara que no permitirá que la indignación opaque lo más importante: la memoria de su esposo y su legado político.
Seguir en pie por Miguel y por Colombia
Hoy, un mes después de la tragedia, María Claudia asegura que no piensa abandonar el país ni dejarse vencer por la adversidad. “Amo este país profundamente, lo respeto con mucho honor, como lo hacía Miguel”, dijo.
J.M.A: ¿Qué mensaje le deja a los colombianos que hoy siguen impactados por lo ocurrido?
MCT: “Hay que recordarle a este país todas las veces que haga falta que a Miguel no simplemente lo perdí, a Miguel lo mataron. No quiero que esa verdad se diluya con el tiempo”.
Su compromiso no solo es con la memoria de su esposo, sino también con la causa política que compartieron por más de 15 años. “Miguel era un hombre íntegro, que creía en el servicio público como una forma de transformar vidas. Seguiré defendiendo eso, porque es lo que él habría querido”, subrayó.
María Claudia concluye que su vida, aunque marcada por la tragedia, no será definida únicamente por el dolor. “Miguel me enseñó que se puede amar profundamente a un país y luchar por él, incluso cuando el costo sea tan alto. Esa será mi manera de honrarlo”, afirmó con firmeza.

