Más de 1.500 niños sin clases en Anorí, Antioquia, debido a enfrentamientos entre grupos criminales
El miedo generado por los enfrentamientos entre grupos criminales ha confinado a la población, impidiendo que los menores asistan a sus centros educativos.
Noticias RCN
07:54 p. m.
La crisis de seguridad en el municipio de Anorí, nordeste de Antioquia, ha provocado que más de 1.585 estudiantes estén sin acceso a la educación presencial.
Grave panorama en Antioquia: niños no pueden asistir a clases
El miedo generado por los enfrentamientos entre grupos criminales ha confinado a la población, impidiendo que los menores asistan a sus centros educativos.
“Por temores, por temor de la población, los padres de familia se niegan a enviar a los menores y los estudiantes también tienen temor. La situación es bastante difícil en nuestro municipio”, aseguró Gustavo Silva, alcalde de Anorí.
La Gobernación de Antioquia ha desplegado recursos en la zona, pero enfrenta serias limitaciones operativas para contrarrestar a los grupos ilegales.
El impacto de la violencia se extiende más allá del ámbito educativo. Recientemente, se entregó el cuerpo del subteniente Bryan David Bello a su familia. Adicionalmente, cuatro uniformados heridos se recuperan actualmente en la Cuarta Brigada de Medellín.
“Siempre lo he dicho y lo he colocado como ejemplo, ¿Por qué no hacemos en esta zona una acción similar a la que se está haciendo en el Cauca, en El Plateado?”, cuestionó Luis Eduardo Martínez, secretario de Seguridad de Antioquia.
La situación en Anorí es un reflejo de un problema más amplio que afecta a diversas regiones del país, donde la presencia de grupos armados ilegales continúa desafiando la paz y el desarrollo.
Más de 1.000 niños están sin clases en Anorí, Antioquia
El confinamiento forzado de la población civil, especialmente de los niños, representa una violación grave de los derechos humanos y un obstáculo significativo para el progreso social y económico de estas comunidades.
Las autoridades locales y nacionales se enfrentan al reto de desarrollar estrategias efectivas que no solo aborden la seguridad inmediata, sino que también garanticen el acceso a servicios básicos como la educación.
La situación demanda una respuesta integral que combine esfuerzos en seguridad, educación y desarrollo social para romper el ciclo de violencia y marginación que afecta a estas poblaciones vulnerables.

