Estados Unidos confirmó la compra de una flota de aviones para deportar migrantes
La información señala que el acuerdo contempla la compra de seis aviones Boeing 737 por un valor aproximado de 140 millones de dólares.
Noticias RCN
05:44 p. m.
El gobierno de Estados Unidos inició la adquisición de una flota de aviones Boeing para fortalecer la campaña de deportaciones impulsada por el presidente Donald Trump, una de las principales prioridades de su segundo mandato desde su regreso a la Casa Blanca en enero. Así lo confirmó un alto funcionario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
EE. UU. confirma compra de aviones para deportar migrantes
De acuerdo con Tricia McLaughlin, subsecretaria de Seguridad Nacional, las nuevas aeronaves permitirán al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mejorar la eficiencia de sus operaciones, optimizando rutas de vuelo y reduciendo costos logísticos.
Según explicó en una publicación en la red social X, esta iniciativa representará un ahorro estimado de 279 millones de dólares para los contribuyentes estadounidenses.
La información, revelada inicialmente por The Washington Post, señala que el acuerdo contempla la compra de seis aviones Boeing 737 por un valor aproximado de 140 millones de dólares.
La transacción no se realizaría de manera directa con el fabricante aeronáutico, sino a través de Daedalus Aviation, una empresa creada a comienzos de 2024. Consultada al respecto, Boeing declinó hacer comentarios sobre la operación.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han expresado su preocupación por el alcance de estas medidas. Según el grupo Human Rights First, desde el regreso de Trump al poder se han efectuado más de 1.700 vuelos de deportación.
Asimismo, han sido objeto de críticas las redadas realizadas por agentes enmascarados, una práctica que ha generado demandas y cuestionamientos legales.
Por su parte, la administración Trump sostiene que más de dos millones de inmigrantes indocumentados han salido del país desde enero. De ese total, alrededor de 1,6 millones lo hicieron de manera voluntaria, mientras que el resto fue expulsado mediante procesos de deportación, en el marco de una política migratoria más estricta que ha reavivado el debate nacional e internacional sobre derechos humanos y control fronterizo.

