Le ocultó a su gemelo que había sido víctima de abuso en la infancia para protegerlo cuando perdió la memoria
Durante 14 años, Marcus Lewis se encargó de fabricar recuerdos felices para su hermano Alex, tras un accidente en moto en el que se golpeó la cabeza.
Noticias RCN
11:59 a. m.
Un accidente en moto a los 18 años marcó un antes y un después en la vida de Alex Lewis.
En 1982 el vehículo en el que iba como parrillero cayó al suelo en una curva y explotó, generándole quemaduras y múltiples traumatismos craneoencefálicos que lo dejaron en coma durante varios días y lo llevaron a perder la memoria.
Al despertar, lo único que recordó fue que tenía un hermano gemelo: Marcus, que lo acompañó mientras estuvo en coma día y noche: "Se quedó a mi lado y todo el tiempo me hablaba, tocaba música para mí. Hasta que un día, de repente, me desperté, lo miré y le dije: Hola, Marcus", recordó en una entrevista para la BBC.
La conexión con su hermano, según dijo, les interesó mucho a los médicos, pero el solía creer “que muchos gemelos idénticos no necesitan decirse mucho, saben lo que piensa el otro. Se entienden. Y es así de simple".
Reconectar con la familia no fue fácil:
Marcus tuvo que recordarle que su padre había muerto cuando eran unos niños y su madre, Jill Dudley, había vuelto a casarse con un hombre con el que tuvo otros dos hijos.
También le “presentó” a su novia, con la que terminó unos meses después, y le contó que vivía solo y tenía un trabajo.
Reconectar con personas a las que desconocía fue difícil. "Por alguna razón, sabía que no podía conectar al 100%” con su madre y el hombre con el que se casó era frío y bastante serio:
"Nos poníamos en pie cuando entraba en la habitación y le llamábamos 'señor'. No entrábamos en su lado de la casa a menos que nos llamaran o nos invitaran a ir. Solo se le hablaba cuando daba permiso".
Sin embargo, llegó a forjar una relación con su madre y su muerte, años después fue un golpe duro, aunque no para sus hermanos:
"Tenía 18 años cuando la conocí y 30 cuando murió. Me caía muy bien.
Cuando murió, lloré en la cama. Pero en ese momento me di cuenta de que nadie más lloraba. Nadie más se preocupaba por su muerte. Ahí empecé a cuestionarme que algo no andaba bien".
Las pruebas sobre el abuso del que fueron víctimas en su niñez fueron saliendo a flote:
Los días siguientes al entierro de su madre, Alex y Marcus encontraron que guardaba una fotografía en la que estaban desnudos y les había quitado la cabeza con una tijera.
Además, Alex notó que sus hermanos asistían a terapia y decidió hacer lo mismo, por una corazonada que lo llevó a descubrir que algo extraño había ocurrido en su familia.
En una sesión, la psicóloga le hizo preguntas que, sin saber por qué, lo llevaron al llanto. "Ella me dijo que tenía que hablar con mis hermanos, preguntarles la verdad". Y así lo hizo:
"Marcus estaba en la cocina. Entré y le dije, sin rodeos, que creía que nuestra madre había abusado sexualmente de nosotros. Estaba allí de pie, con una taza de té en la mano. Se puso blanco como una sábana y dejó caer la taza al suelo. Asintió. Confirmó lo que le dije y se fue."
Su hermano Marcus había escondido lo que sufrieron en la niñez, pensando que podría fabricarle nuevos recuerdos sobre una vida utópica. "Decidí hacerlo así ¿Por qué le daría a un joven vulnerable de 18 años información tan difícil de digerir, cuando podía darle algo alegre y genial?", le dijo a la BBC.
Pero no es algo por lo que Alex lo culpe. Después de todo, "no lo recordaba en absoluto. Creo que, al perder la memoria, perdí también mis sentimientos. Pero esta revelación abrió un torbellino de emociones".

