Por qué pensar en el futuro genera ansiedad y cómo gestionar la incertidumbre
La ciencia explica por qué pensar en el futuro genera ansiedad y la importancia de vivir el presente.
Noticias RCN
09:19 a. m.
El futuro, por definición, es el espacio de lo desconocido, y para el cerebro humano, esto representa una amenaza. La tendencia a proyectar escenarios negativos y a pensar sobre lo que "podría pasar" es un fenómeno psicológico conocido como ansiedad anticipatoria, y es la razón principal por la que pensar en el futuro genera ansiedad en muchas personas.
Este estado no es una simple preocupación, sino un patrón de sobrepensamiento que se alimenta de la intolerancia a la incertidumbre, una condición estudiada por la psicología cognitiva.
Según investigaciones en el campo de la psicología, esta aversión a la ambigüedad impulsa la necesidad de tenerlo "todo bajo control", una meta imposible que, al no alcanzarse, dispara los síntomas físicos y mentales de la ansiedad.
Un estudio citado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) señala que el ser humano es capaz de generar aproximadamente 60.000 pensamientos al día, de los cuales la mayoría son automáticos y un alto porcentaje resulta ser negativo, lo que magnifica los riesgos percibidos del mañana.
¿Cuál es la raíz psicológica por la que pensar en el futuro genera ansiedad?
La raíz del problema no es el futuro en sí mismo, sino la incapacidad de la mente para tolerar la falta de certeza. Los psicólogos identifican la "intolerancia a la incertidumbre" como un factor clave que contribuye al desarrollo de trastornos como la ansiedad generalizada.
Como lo explica la Escala de Intolerancia a la Incertidumbre (EII), las personas con alta aversión a la ambigüedad interpretan lo desconocido como una amenaza que debe ser combatida o evitada. Esta "alergia psicológica" a la imprevisibilidad lleva a los individuos a crear escenarios catastróficos o fatalistas (los famosos "¿Y si...?") que rara vez se materializan en la realidad, pero que consumen la energía mental en el presente.
Además, traumas o miedos no gestionados del pasado pueden incidir en esta percepción, creando una predisposición a esperar que las experiencias negativas se repitan.
¿Cómo controlar los pensamientos negativos y anclarse en el presente?
El control de esta ansiedad requiere, según las técnicas cognitivo-conductuales (TCC), un cambio en el enfoque y en la gestión emocional. El principal antídoto contra la preocupación es la acción enfocada en el presente. Expertos recomiendan:
Reestructuración Cognitiva: Cuestionar la veracidad de los pensamientos fatalistas. Preguntarse: "¿Qué tan probable es que esto suceda realmente?" y reemplazar las creencias irracionales por expectativas más realistas.
Técnicas de Mindfulness y Respiración: Practicar el anclaje al "aquí y ahora" a través de ejercicios de respiración diafragmática o la técnica del "Stop", que consiste en detener el bucle de pensamientos ansiosos y redirigir la atención a lo tangible.
Aceptación y Distinción: Reconocer que la incertidumbre es una parte inevitable de la vida. Es fundamental distinguir entre lo que se puede controlar (las acciones en el presente) y lo que no (los resultados futuros).
Al aplicar estas herramientas, se logra interrumpir la cadena de pensamientos que alimenta el miedo, reeducando el sistema nervioso para que disminuya la sensación de amenaza constante y permitiendo al individuo vivir de manera más funcional y menos dominada por la angustia.

