El riesgo de lavar la lechuga solo con agua: expertos advierten sobre bacterias
El riesgo de lavar la lechuga solo con agua: expertos advierten sobre bacterias.
Noticias RCN
02:00 p. m.
La lechuga es un componente esencial de la dieta saludable, pero su preparación inadecuada puede convertirla, inadvertidamente, en una fuente de enfermedades graves.
Contrario a la creencia popular de que un rápido enjuague bajo el chorro del agua basta, expertos en seguridad alimentaria y estudios científicos confirman que el lavado simple no es suficiente para eliminar los microorganismos patógenos que se adhieren a sus hojas.
Este riesgo se incrementa debido a que la lechuga se consume cruda, sin pasar por procesos de cocción que eliminen las amenazas biológicas.
Las hojas de este vegetal son propensas a la contaminación por múltiples vías: desde el agua de riego (que en muchas zonas puede estar contaminada con aguas residuales), hasta la tierra y la manipulación durante la cosecha y distribución.
Investigaciones han detectado la presencia de bacterias como la Escherichia coli (E. coli), Salmonella y Listeria monocytogenes en lechugas no desinfectadas.
La ingesta de estos patógenos puede provocar síntomas gastrointestinales severos, que van desde diarrea hemorrágica hasta cuadros más graves que requieren hospitalización, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, ancianos y mujeres embarazadas.
Un caso documentado en Estados Unidos, por ejemplo, vinculó un brote de la bacteria E. coli O157:H7 en lechuga cultivada en Arizona, afectando a más de un centenar de personas y causando muertes.
¿Por qué el agua por sí sola no descontamina la lechuga efectivamente?
La razón principal es la naturaleza de la contaminación. Estudios científicos indican que bacterias como la E. coli pueden adherirse firmemente a la superficie de las hojas.
Investigadores han descubierto que la rugosidad de la hoja y la liberación de jugos nutritivos (especialmente en hojas cortadas) facilitan que las bacterias se multipliquen rápidamente a temperatura ambiente.
El simple frote con agua solo remueve residuos gruesos como tierra y restos superficiales de pesticidas, pero es ineficaz contra las colonias de microorganismos que pueden esconderse en los pliegues y las microfisuras del vegetal.
Los análisis microbiológicos han demostrado que, incluso después de un lavado riguroso con agua, la microflora contaminante no se reduce lo suficiente para garantizar la inocuidad.
¿Cómo debe desinfectar la lechuga para garantizar un consumo seguro?
Para lograr una desinfección efectiva que minimice los riesgos, se requiere el uso de agentes antimicrobianos. Los expertos en salud pública y manuales de higiene de alimentos recomiendan dos métodos caseros principales tras el enjuague inicial:
Vinagre Blanco: Sumergir las hojas en una solución de agua con vinagre blanco (una parte de vinagre por tres de agua) durante 10 a 15 minutos. El ácido acético presente en el vinagre actúa como un desinfectante natural que ayuda a reducir la carga de microorganismos.
Hipoclorito de Sodio (Cloro Apto): Usar desinfectante de uso alimentario o blanqueador (cloro) apto para consumo, a razón de 2 a 3 gotas por litro de agua. Las hojas deben remojarse en esta mezcla por aproximadamente 5 minutos y luego ser enjuagadas abundantemente con agua potable limpia para remover cualquier residuo químico.
Adoptar estos métodos es una medida sencilla y económica para reducir la amenaza de contraer enfermedades transmitidas por alimentos y asegurar que este beneficioso vegetal sea consumido con total tranquilidad.


