¿Por qué hay mujeres que aceptan ser la amante de un hombre casado? Esto dice la Psicología
La Psicología explica por qué hay mujeres que aceptan ser la amante de un hombre casado.
Noticias RCN
11:16 a. m.
El fenómeno de las relaciones extramatrimoniales, donde una mujer acepta el rol de amante de un hombre casado, es un patrón social complejo que va más allá de la moral o el simple afecto.
Desde la perspectiva de la psicología clínica, esta elección, que conlleva inevitablemente el secretismo y la asimetría emocional, no es casual, sino que suele estar anclada en patrones inconscientes y experiencias de vida no resueltas.
El análisis de este vínculo prohibido revela motivaciones profundas que merecen una exploración seria y fundamentada.
Expertos y estudios señalan que uno de los pilares de este comportamiento radica en una autoestima disminuida y una sensación de no merecimiento.
Cuando una mujer no se siente merecedora de un amor completo y exclusivo, puede conformarse con una relación "a medias" que le ofrece momentos intensos de atención, pero sin la logística y el compromiso de una pareja oficial.
Este amor clandestino, a menudo idealizado, evita el riesgo de la rutina y la posibilidad de ser abandonada en una relación formal, creando una falsa sensación de control.
¿Qué buscan las mujeres que aceptan ser la amante de un hombre casado?
Según la Psicología, las motivaciones que llevan a este rol son multifacéticas. Una de ellas es la búsqueda de validación personal.
Algunas mujeres se sienten atraídas por la idea de "conquistar" a un hombre que ya ha sido "preseleccionado" o validado por otra mujer, (su esposa), lo que paradójicamente aumenta su propio atractivo y refuerza su ego, según señalan analistas en Psychology Today.
Este comportamiento competitivo busca confirmar el valor personal en detrimento de la esposa, lo que se relaciona con rasgos de narcisismo o una necesidad insaciable de confirmación.
Otro factor es la adicción a la adrenalina y lo prohibido. Como señalan estudios sobre la dopamina, la novedad y el riesgo asociados a la aventura clandestina liberan este neurotransmisor en mayores cantidades, haciendo que la relación se perciba como más emocionante y apasionada en comparación con una relación convencional.
Para aquellas que evitan el compromiso formal, esta dinámica ofrece el placer de la intimidad sin la pesada carga de las responsabilidades conyugales o familiares.
¿Cómo influyen las heridas emocionales de la infancia en esta elección?
La teoría del apego y los modelos afectivos disfuncionales ofrecen una explicación más profunda.
La psicoanalista Carina Mitrani explica que quienes adoptan el rol de amante a menudo están repitiendo un patrón de la infancia donde no se sintieron amadas de manera constante o donde alguna figura de apego (padre o madre) fue emocionalmente inaccesible.
Al elegir un hombre que no está completamente disponible, inconscientemente reviven esa dinámica de amor inconstante e inalcanzable.
Este fenómeno se ha denominado el "Síndrome de Fortunata", que describe el apego intenso que persiste a pesar del sufrimiento que genera la falta de reciprocidad y el sometimiento a promesas incumplidas.
La esperanza de que "algún día" el hombre deje a su esposa se convierte en una trampa psicológica y una fuente de dependencia emocional.
A pesar de las intensas emociones del inicio, datos estadísticos advierten sobre la baja probabilidad de un final feliz.
Un estudio citado por Notimérica indica que solo alrededor del 4% de los hombres casados que tienen una aventura llegan a formalizar la relación con su amante, y de estos, el 75% se divorcia en pocos años.
La evidencia subraya que la base de la relación fundada en el secreto y el desequilibrio raramente se traduce en una unión estable y plena a largo plazo, haciendo necesaria la intervención terapéutica para romper el ciclo de dolor.


