Extorsiones se expanden en el Atlántico: criminales adaptan estrategias y utilizan tecnología para cobros ilegales
Analista explica cómo la presión policial en Barranquilla ha llevado a que las organizaciones criminales se trasladen a otros municipios del departamento.
Noticias RCN
04:44 p. m.
La extorsión, un flagelo que tradicionalmente afectaba principalmente a Barranquilla, se ha expandido por todo el departamento del Atlántico, generando preocupación entre los comerciantes y la ciudadanía en general.
Luis Trejos, analista de seguridad ciudadana y profesor de la Universidad del Norte, explica las razones detrás de este fenómeno y las nuevas estrategias adoptadas por los grupos criminales.
Extorsiones tienen en vilo al comercio barranquillero
Según Trejos, el crecimiento de las extorsiones en el Atlántico obedece a dos factores principales. En primer lugar, la presión ejercida por las autoridades distritales sobre las organizaciones criminales en Barranquilla durante los últimos dos años ha provocado que estas trasladen parte de sus actividades ilegales hacia otros municipios del departamento, especialmente en la margen oriental.
En segundo lugar, la llegada de nuevos actores armados ha iniciado procesos de expansión territorial, resultando en la aparición o crecimiento de economías ilegales en zonas donde tradicionalmente no había presencia de las autoridades.
Además de su expansión geográfica, los grupos criminales han mutado sus estrategias extorsivas, adaptándose a las nuevas realidades digitales. "El grueso de la extorsión se realiza sin que el victimario tenga contacto con la víctima", señala Trejos.
Los delincuentes aprovechan tecnologías como celulares y billeteras electrónicas para potenciar esta renta ilícita, evitando el contacto directo con sus víctimas.
Llamadas extorsivas desde la cárcel
Un aspecto alarmante de esta situación es que gran parte de las llamadas extorsivas provienen de las cárceles. Trejos advierte que "personas que ya están privadas de la libertad y que no tienen mucho que perder en caso de que sean judicializadas" están detrás de estos cobros ilegales.
Esta revelación plantea serias interrogantes sobre la seguridad en los centros penitenciarios y el papel del INPEC en la prevención de estas actividades delictivas.
La expansión de la extorsión y la adaptación de los grupos criminales a nuevas tecnologías representan un desafío significativo para las autoridades del Atlántico.
La situación demanda una respuesta coordinada que aborde no solo la persecución de los delincuentes en las calles, sino también la seguridad en las cárceles y la protección de los ciudadanos frente a estas nuevas modalidades de extorsión digital.

