Así son las "brújulas improvisadas" que usan los migrantes ilegales para cruzar hacia Estados Unidos
Los indocumentados se orientan en medio de la noche con señales rudimentarias, ¿cuáles son las más comunes?
Noticias RCN
06:45 p. m.
El drama de la migración irregular en la frontera entre México y Estados Unidos no se detiene. Cada día, miles de personas arriesgan la vida para alcanzar el denominado “sueño americano”.
La Patrulla Fronteriza sorprendió en las últimas horas a cuatro migrantes en su intento de cruzar de manera clandestina: tres mexicanos y un guatemalteco. Pero lo que reveló el operativo fue aún más inquietante: el guía del grupo era un menor de apenas 15 años de edad.
El hecho confirma una estrategia recurrente de los carteles que operan en la zona: utilizar a adolescentes como coyotes porque, si son detenidos, tras un breve proceso son devueltos a México sin enfrentar sanciones graves.
Menores son usados como coyotes para cruzar hacia Estados Unidos
La agente Cristina Smallwood, integrante de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande, explicó esta práctica:
Los carteles mandan a los menores de edad de guía. ¿Por qué? Porque si ellos están detenidos, arrestados por la patrulla fronteriza, ya después de hacer todo el proceso, ellos solamente están mandados para atrás, para México.
La ruta seguida por este grupo permitió a las autoridades mostrar cómo se mueven los migrantes ilegales y qué señales utilizan para orientarse en medio de la oscuridad.
Desde el aire, el río Bravo, llamado río Grande en territorio estadounidense, parece un afluente común, pero sus aguas marcan la frontera más transitada y peligrosa del continente. Allí, muchos logran pasar, pero otros mueren ahogados sin alcanzar su destino.
En las orillas quedan las huellas visibles de ese tránsito: neumáticos desinflados que sirvieron como balsas improvisadas, restos de lanchas inflables abandonadas y zapatos regados por el terreno.
¿Cómo hacen los migrantes para no perderse al cruzar la frontera?
Pero una de las prácticas más llamativas es la de colgar calzado en los árboles, usándolos como brújulas improvisadas para marcar el camino y guiar a quienes vienen detrás.
Al internarse por las trochas que llevan a territorio estadounidense, los rastros se multiplican.
Los migrantes dejan detrás objetos, ropa y señales rudimentarias que se combinan con la infraestructura oficial: torres metálicas levantadas por la Patrulla Fronteriza, equipadas con reflectores y botones de auxilio que pueden salvar vidas en situaciones extremas.
El agente fronterizo Jaime Cortinas explicó cómo funciona ese sistema:
La información va a nuestro centro de comunicación, entonces llama a los oficiales para que vayan a atender al inmigrante extraviado.
Estas torres, sin embargo, muestran la paradoja de la frontera: un territorio en el que conviven la vigilancia y el control con la necesidad de rescatar a quienes, en su intento por llegar a Estados Unidos, se pierden o quedan al borde de la muerte.



