Así es un día en Istmina, Chocó, en medio de las amenazas del ELN
El comercio estuvo paralizado y la actividad escolar se ve afectada en este municipio, mientras los pobladores viven en medio de la zozobra.
Noticias RCN
08:13 p. m.
El municipio de Istmina, en Chocó, se encuentra sumido en una crisis de seguridad que afecta gravemente la vida cotidiana de sus habitantes. Los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del Golfo han generado un ambiente de miedo y angustia que paraliza las actividades comerciales y educativas en la región.
Seis municipios del sur de Chocó llevan semanas viviendo bajo amenaza. A pesar del despliegue del Ejército Nacional en diferentes regiones, la población se mantiene en alerta ante las amenazas en contra de la sociedad civil.
El comercio y la educación en Istmina en medio de la crisis de seguridad
En Istmina, aunque algunos comercios permanecen abiertos, reportan una disminución del 40% en sus ventas. Quienes se han atrevido a seguir trabajando señalan que no tienen otra opción, pues viven de lo que se produce día a día.
Un comerciante que llegó con su mercancía, un camión cargado de Chontaduro desde el municipio de Cartago (Valle del Cauca), señaló que se arriesgó a viajar, pero ahora tendrá que esperar varios días para poder salir sin riesgo de este territorio. Otra mujer, lamentó que nadie quiso llevarla a su lugar de trabajo por temor.
La educación también se ha visto afectada. Mientras que en el casco urbano de Istmina las clases se desarrollan con normalidad, en las zonas rurales la situación es diferente. Muchos docentes han regresado a la cabecera municipal, dejando las escuelas rurales a media marcha.
El impacto se extiende al transporte fluvial, vital para la región. Las actividades en el puerto y sobre el río San Juan se han reducido significativamente y las canoas se ven vacías.
Los temores de la comunidad en Istmina: posible desabastecimiento
Los grupos armados ilegales buscan controlar el territorio y las economías ilícitas, sometiendo a la población bajo su dominio. Las consecuencias son múltiples: desabastecimiento de alimentos en zonas rurales, niños sin acceso a la educación y comercios en crisis.
La comunidad teme que la situación empeore, lo que podría llevar a una escasez de alimentos y complicaciones en el acceso a servicios de salud. A pesar del clima de incertidumbre, algunos residentes se ven obligados a continuar con sus labores diarias por necesidad económica.