Devoción, trabajo y creatividad, caleña encontró en los pesebres una forma de subsistir

La devoción de Liliana Rodríguez, una mujer caleña la llevó a convertir su pasatiempo de pintar cerámica, en su forma de subsistencia en el marco de la pandemia: su obra de arte, cientos de vírgenes, ángeles y pesebres de cerámica que se convirtieron en su negocio personal.

“Este emprendimiento es un arte” afirma la mujer, quien se manifiesta cómoda y feliz de él, señalando que empezó por su participación en un grupo de amigas para rezar el rosario, y de allí le surgió el empezar a pintar vírgenes.

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Lo que comenzó con un arte aprendido durante los meses de encierro de la pandemia, se convirtió en su motor económico durante la época navideña, diversificando sus figuras: las vírgenes, a todos los personajes del pesebre.

Un manto azul, mucho cariño y creatividad, hacen de cada pieza un elemento único, producido durante las largas jornadas del día, por parte de una mujer que confiesa que se levanta desde muy temprano en la mañana para comenzar a pintar, a la vez que sus redes sociales se convirtieron en el canal para que miles de personas conozcan su producto y lo adquieran.

Afirma que, en un mes, llegó a pintar más de 80 vírgenes, que le sirven para responder a los pedidos que “como caídos del cielo” llegan en una época de recogimiento y unión familiar.

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