La hermana María Mabel: la luz para los más necesitados que hoy necesita ayuda
La hermana María Mabel y su equipo necesitan apoyo económico para continuar brindando nutrición y acompañamiento a los niños del Chocó.
En medio del calor húmedo de Quibdó, en Chocó, un pequeño refugio alimenta no solo los cuerpos sino también las esperanzas. Allí, la hermana María Mabel Monsalve y un equipo de mujeres entregadas luchan contra la desnutrición infantil.
Una obra que transforma la vida de niños y de sus familias, pero que está en riesgo por la falta de recursos económicos.
A la hermana María Mabel la conocimos en Mujeres que Inspiran RCN hace tres años en el Hogar Hospitalario San José, en Bogotá, cuidando a los adultos mayores.
Ahora está de regreso en Quibdó, donde funciona desde hace dos décadas la obra de recuperación nutricional de los niños con bajo peso, de la Congregación Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz.
En el hogar atienden a niños de familias vulnerables, y les brindan alimentación, control pediátrico y acompañamiento constante.
Antes lograban recuperar hasta 50 niños al año; este semestre tienen 17 niños en recuperación. El clima cambiante y la falta de apoyo económico prolongan los procesos y amenazan la continuidad del programa para 2026.
“Es una obra propia de la congregación, entonces aquí ninguna entidad nos ayuda. Para poder llevar a cabo esta obra se tiene que buscar los recursos, en este caso la han hecho proyectos y proyectos, y como por la pandemia también se cerró el programa por mucho tiempo, pues teníamos como un poquito de recursos ahí y otros recursos que hemos hecho por proyecto”, detalló la hermana María Mabel Monsalve Miranda, de la congregación Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz.
Este trabajo no se queda en la alimentación. La trabajadora social Yineth Mosquera realiza talleres con las madres, escucha sus historias para fortalecer las familias y evitar que los niños recaigan.
En el hogar cada niño es una historia. Como el que llegó con desnutrición severa pero, que gracias a donantes que cubrieron su transporte y su leche hoy se mantiene estable y recuperado.
Para la hermana María Mabel y su equipo, esta misión no es solo un trabajo, es una entrega de corazón y fe.
“Si uno sale por ejemplo como a buscar ayudas al comercio así de alimentos y todo eso la gente apoya, pero ya de dinero y así es muy difícil porque aquí antes más que uno pedir se necesita es que den”.
Después de 50 años de vida religiosa, dice sentirse realizada por dedicar su vida a los más pobres, enfermos y necesitados.
“No me arrepiento de escoger la vocación que he seguido porque me he sentido plenamente realizada y muy contenta de poder haber entregado, gastar mi vida en servicio de los más pobres enfermos y necesitados”.
La hermana María Mabel y su equipo necesitan apoyo económico para continuar brindando nutrición y acompañamiento a los niños del Chocó.
Si usted quiere apadrinar un niño o colaborar económicamente para que esta misión no se detenga, puede comunicarse al número 311 632 8012 y solicitar los datos bancarios para hacer su aporte.


