Creyó que era su hermana tocándole los pies bajo el lodo, pero nunca lo supo: fuerte relato del alcalde que sobrevivió a tragedia en Armero
Tras cuatro décadas, hoy, su actual alcalde, Mauricio Cuéllar, revive el instante más doloroso de su vida.
Noticias RCN
01:58 p. m.
Cuarenta años después de la catástrofe que cobró la vida de más de 25.000 personas, Armero sigue siendo sinónimo de dolor, memoria y resistencia.
Sus ruinas, son hoy un cementerio a cielo abierto donde los sobrevivientes visitan lo poco que quedó de sus seres queridos.
Entre ellos, Mauricio Cuéllar, un niño sobreviviente que perdió a su hermana aquella noche del 13 de noviembre de 1985 y que hoy gobierna el municipio de Armero Guayabal.
Su testimonio y el del primer alcalde del nuevo Armero, Octavio García, reflejan cómo una tragedia puede marcar generaciones enteras.
Primer alcalde de Armero tras la tragedia narró cómo vivió la tragedia antes y después
Dos hombres, nacidos en tiempos distintos, comparten una misma misión: mantener viva la historia y evitar que el país olvide lo que sucedió en Armero.
Ellos son Octavio García, el primer alcalde del nuevo municipio de Armero Guayabal, y Mauricio Cuéllar, su actual mandatario, quien vivió la tragedia siendo apenas un niño.
Octavio García fue testigo del fin de un pueblo que ayudó a construir. En los días previos a la tragedia trabajaba en su oficina cerrando la compra de varios terrenos que servirían para expandir el casco urbano.
Ese día en mi oficina se terminó de finiquitar la compra de un lote. Nadie se imaginaba las características de lo que nos podría pasar.
El alcalde de entonces, Ramón Antonio Rodríguez Robayo, había intentado alertar a la población con ayuda de un grupo de radioaficionados. Sin embargo, muchos desestimaron las advertencias.
Lo titularon de loco, cómo se le ocurría pensar que eso podía suceder.
Después de la tragedia, Octavio fue llamado por el presidente de la República para liderar la reconstrucción en lo que se conoció como Armero Guayabal, un corregimiento que se convirtió en refugio de los sobrevivientes.
El alcalde que nombró el presidente vino a mi casa y me dijo: ‘necesito que me reciba la alcaldía’. Estábamos pasando por problemas muy delicados, pero había que asumir la responsabilidad.
Actual alcalde de Armero y sobreviviente, narró la tragedia desde sus ojos
Mientras tanto, en esa misma noche, a pocos kilómetros de distancia, el pequeño Mauricio Cuéllar vivía una de las escenas más desgarradoras de su infancia.
Tenía apenas seis años cuando el rugido del volcán cambió su vida para siempre:
Recuerdo que mi mamá nos mandó a dormir. En la madrugada empezó a llover durísimo, y cuando ella sacó la mano, se dio cuenta de que lo que estaba cayendo era arena. Se asustó, nos despertó y nos dijo: ‘nos vamos, aquí va a pasar algo’. Esa noche escuché a mi mamá rezar al menos unos dos mil rosarios. En el cuarto rosario quedamos enterrados.
La familia quedó sepultada bajo el lodo. Al amanecer, su madre sintió un leve movimiento bajo los pies.
Ella ha vivido toda su vida con el dolor de sentir que lo que estaba debajo de los pies era mi hermana.
Hoy, cuatro décadas después, el mismo niño que sobrevivió al horror es el alcalde de ese territorio que un día la naturaleza borró del mapa.
Gobernar Armero Guayabal no es fácil. Es un pueblo donde la mayoría son adultos mayores. Representa un gran reto en temas de sostenibilidad y empleo, pero sobre todo es gobernar heridas que siguen abiertas.
¿Cuál es el propósito del actual alcalde de Armero?
Mauricio asegura que su gestión no solo busca administrar un municipio, sino también proteger la memoria de una tragedia que no puede repetirse.
Nosotros tenemos el Pompeya de Latinoamérica en Armero. No tendremos el Vesubio, pero tenemos el Nevado del Ruiz. No podemos dejar morir la historia. Después de 40 años, no podemos morir.
Octavio y Mauricio, el primer y el actual alcalde de Armero Guayabal, encarnan dos capítulos de una misma historia: la destrucción y el renacer.
Uno ayudó a fundar el nuevo pueblo sobre las ruinas del anterior; el otro, que fue víctima de la tragedia, ahora lucha por mantener viva la memoria de quienes nunca fueron encontrados.


